El Correo de Burgos

SUCESOS

La Guardia Civil desarticula una banda que robaba joyas a ancianos

La operación ‘Aurum Cid’ permanece abierta para detener a más miembros

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Burgos

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BurgosLa Guardia Civil de la Comandancia de Burgos, ha detenido en un punto de la autopista AP-1 próximo a Briviesca y en el marco de la Operación ‘Aurum Cid’, a tres varones y un mujer, de 47, 26, 23 y  21 años de edad, respectivamente, y de nacionalidad rumana como autores de varios delitos contra el Patrimonio por robo. Adicionalmente se les imputa los delitos de robo con violencia e intimidación, estafa, asociación ilícita, falta de hurto y falsedad documental.Las detenciones son fruto de la información recopilada por las distintas Patrullas y Unidades de la Comandancia de Burgos cruzada con  aportaciones y datos del resto de comandancias de Castilla y León en cuyas provincias se sucedieron hechos delictivos similares a los ocurridos en Burgos durante el pasado verano. Los investigadores de la Benemérita mantenían la sospecha de que una banda de reciente entrada en España pudiera estar actuando en toda la Comunidad, vinculada con el robo de oro, por lo que se diseñó un dispositivo especial de localización e identificación del grupo delictivo. Para ello se intensificó la vigilancia sobre los nudos de comunicación y la red viaria provincial.Fue en uno de estos dispositivos montados, por una Patrulla de Seguridad Ciudadana, que se a paraba un turismo BMW 528i. Las características del vehículo y fisionomía de los cuatro ocupantes coincidían con la descripción obtenida en los ilícitos penales ocurridos en el último trimestre, informa la OPC de la Guardia Civil en Burgos. El registro a uno de los bolsillos de los ocupantes descubrió una cadena de bisutería similar a las utilizadas en los hechos denunciados hasta ese momento. La inspección al habitáculo del vehículo sacó a la luz 108 piezas, entre oro y bisutería, ocultas en el respaldo de uno de los asientos, mientras en el maletero apareció una placa de matrícula falsificada. Los cuatro ocupantes fueron detenidos al no poder demostrar la procedencia de las joyas. El vehículo, además, quedó intervenido.La investigación fue especialmente compleja desde su inicio debido a la gran movilidad geográfica y a la perfecta organización, coordinación, jerarquización y especialización del grupo. La banda, que según las descripciones aportadas pudiera estar compuesta por 7 u 8 miembros adultos acompañados en ocasiones por dos menores, actuaba prácticamente a diario.Su habitual zona de actuación era el medio rural, sin descartar la ciudad. Abordaban a mujeres de la tercera edad, solas y en lugares apartados mientras paseaban. Por este motivo, la Guardia Civil de Burgos, especialmente sensibilizada con este tipo de ilícitos y dentro del marco del Plan Mayor de Seguridad puesto en marcha por el Ministerio del Interior a través de la Delegación de Gobierno regional, diseñó un plan para garantizar la seguridad de los mayores, ya que al daño económico provocado por la pérdida de la joya hay que añadir el sentimental y psicológico dadas las especiales características de este colectivo.Siempre de día, y a cara descubierta, operaban en muy escaso periodo de tiempo, evitando posibles testigos. Contaban con un segundo vehículo en el que un cómplice hacía desaparecer los objetos robados sin levantar sospechas. Sorprende el hecho de que ninguno de los detenidos poseía antecedentes conocidos, demostrando su alto grado de «profesionalidad».Modus operandiEn todos los casos un vehículo de alta gama se detenía; de él bajaba una mujer arreglada, mientras en el interior esperaban uno o dos adultos acompañados en ocasiones de dos menores, que abordaba a una persona mayor. El fin siempre era el mismo: sustraer las joyas de oro a las ancianas mediante engaño o con violencia y/o intimidación, si el caso lo requería.Simulando, engañando, empatizando o pidiendo información sobre un lugar, conseguían cualquier pieza de oro que portase la víctima (cadenas, collares, pulseras, anillos, sellos, pendientes o monedas), bien mediante un abrazo de supuesto agradecimiento, bien ofreciéndoles un objeto propio que colgaban de su cuello, aprovechando el momento para quitarles el suyo de mayor valor. En otras ocasiones, tras conseguir la confianza de la víctima, le pedían que les exhibiese sus joyas; con ellas en la mano supuestamente se la devolvían en una bolsa cerrada con el pretexto de que no las perdiese, habiendo sustituido las joyas originales de valor por otras de bisutería. La víctima se daba cuenta del engaño demasiado tarde. Las piezas «sustitutas» eran de bisutería de baja calidad.Si la anciana abordada desconfiaba o percibía el engaño, negándose a mostrar o ceder la joya, no dudaban en apropiarse de ella mediante el tirón.

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