El Correo de Burgos

La ganadería de Antonio Bañuelos triunfa en la feria de Zaragoza

Cinco toros de alta nota en un encierro bravo y con clase / Sólido triunfo de David Mora

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Burgos

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IÑIGO CRESPO  / Burgos

La ganadería burgalesa de Antonio Bañuelos logró un importante triunfo ayer en la tercera función de la feria de El Pilar de Zaragoza. La divisa de Hontomín puso en pista una corrida de buenas hechuras, seria y honda, en la que puntuaron con nota cinco de sus ejemplares. Con excepción del cuarto, un toro con 620 kilos y que era de partida el menos propicio a embestir, los cinco restantes tuvieron nobleza, clase y fondo bravo.

La corrida fue importante y triunfal. Buenos toros de Bañuelos y entrega absoluta de la terna, en la que brilló un David Mora notable que cuajó una tarde de una dimensión y una rotundidad suprema.

A las manos de David Mora llegaron los dos toros más exigentes de la corrida. El tercero, muy encastado y nada sencillo, rompió a bueno en las manos del madrileño que apostó por él, le sometió, le bajó la mano, le consistió una barbaridad y le toreó con trazo por abajo. Gran faena rematada de una estocada en lo alto. Cortó una oreja, se le pidió con fuerza la segunda y se vio obligado el torero a dar dos vueltas al ruedo. Otra oreja cortó del sexto, un ejemplar muy noble, que no humilló pero tuvo movilidad. Mora se apretó con él, en una faena elegante y firme. Gran tarde de un torero cada día más grande: David Mora.

Además de las dos orejas del madrileño, durante la tarde se pasearon tres apéndices más. Cinco en total. Dos fueron para el aragonés Alberto Álvarez. A sus manos fueron a caer dos toros de mucha calidad y ritmo. El primero de su lote tuvo nobleza e incluso docilidad. Y el quinto fue de esos ejemplares bravos que embisten descolgados y con ritmo. El de Ejea de los Caballeros puso voluntad, lo dio todo en dos faenas de correcta composición que tuvieron buen remate con el acero.

Serafín Marín le cortó una oreja al primero, un toro bueno, con movilidad y temple. El catalán muy metido con su oponente, le instrumentó muletazos largos y encajados. Destacó la largura de sus naturales y su buen manejo de la espada. El toro de menos prestaciones fue el cuarto, un animal amplio que se rebrincó y no tuvo clase.

Huerta del Rey

En la provincia se abrió ayer la feria de novilladas de Huerta de Rey. Con lleno en el coso de La Herrén, se lidiaron cuatro erales de la ganadería de Monte La Ermita que tuvieron buena presencia y exigieron mucho en el último tercio. No fue buena la novillada que, aunque tuvo recorrido, careció de entrega y representó una dura prueba para los dos novilleros.

Cortó una oreja el madrileño Francisco Abanales, que demostró pulso y firmeza frente al segundo eral de la jornada. Puso disposición y un buen concepto del toreo.

El extremeño Tomás Angulo dejó patente que posee valor y sabe resolver frente a un lote complicado que no puso nada sencilla la cuestión.  Dio una vuelta al ruedo tras pasaportar a su primer oponente.

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