El Correo de Burgos

El Ayuntamiento estudia la fórmula para subir las multas del botellón

Los servicios jurídicos buscan el resquicio legal a la normativa de la Junta que impide sancionar a los menores con más de 30 euros

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Burgos

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J. MAIQUES / Burgos

La ley autonómica de 1994 que prohibe y sanciona el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública no funciona y no ayuda a erradicar el problema del botellón. Al menos en la parte en la que se estipula el castigo económico que se debe imponer por beber en la calle. Así lo entienden en la Concejalía de Sanidad y de ahí que los servicios jurídicos del Ayuntamiento estén buscando la fórmula para poder elevar las cuantías de unas multas que en el caso de los menores no superan los 30 euros.

La concejal de Sanidad, Marisol Carrillo, reconoce que «las soluciones» al botellón «son muy complicadas» pero, al mismo tiempo, añade que «por algún lado hay que tratar de acotarlo». Así, esta misma semana ha dado instrucciones a los técnicos municipales para tratar de encontrar un resquicio que no contradiga la norma regional. Y si todo sale bien, la voluntad es incluir esta variación dentro de la nueva Ordenanza de Drogodependencias que, según la edil, podría estar lista en el mes de diciembre o, a más tardar, en el inicio del próximo año.

La razón de esta 'obsesión' por subir el importe de las sanciones se explica en el hecho de que desde el Consistorio defienden que ese límite de 30 euros en las sanciones es poco menos que ridículo y, por tanto, no consigue disuadir a los jóvenes. Es más, en una pandilla con varios adolescentes no supone mayor problema solidarizarse para, entre todos, recopilar el importe de la deuda.

En cualquier caso, y aunque en la Concejalía de Sanidad son conscientes de que con este cambio no conseguirán erradicar el botellón, sí piensan que puede contribuir a que los jóvenes se lo piensen dos veces antes de salir a beber a la calle.

Así las cosas, Carrillo sostiene que el problema es de fondo y que por eso el Ayuntamiento tiene la intención de realizar una campaña de sensibilización en los colegios que, además, espera que se pueda extender a la Universidad de Burgos.

Reuniones

De cualquier forma, como la voluntad de la concejal es la de aprobar la ordenanza sí o sí e incluir alguna modificación para atajar el botellón, Carrillo ya ha iniciado una serie de reuniones para escuchar las aportaciones de quienes viven de cerca estas situaciones.

Uno de estos encuentros se ha producido con responsables de la Policía Local, quienes ya le han explicado que el número de agentes es el que es y que no se puede tener a una patrulla en cada esquina de la ciudad. No obstante, los resultados están ahí y la prueba está en que en 2010 se realizaron 743 intervenciones en más de 100 espacios distintos de la ciudad.

Del mismo modo, ya está programada una reunión con la Federación Provincial de Hosteleros y se espera la confirmación para poder mantener algún encuentro con las Asociación de Madres y Padres para que aporten ideas.

No obstante, también se ha aprovechado para hablar con algún familiar de las familias que han sido víctimas de la violencia nocturna ya que, tal y como señala la concejal, también están muy ligadas al consumo de bebidas de alcohólicas. «El alcohol más la agresividad que existe en algunos jóvenes es un cóctel muy bueno», indicó preocupada.

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