Los sindicatos valoran un acuerdo que preserva los pactos provinciales

M. R. / Burgos

Casi al mismo tiempo en que se hacía público el conflicto laboral en el sector del metal en Burgos, los dos sindicatos mayoritarios saludaban la firma del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2012, 2013 y 2014 suscrito con la patronal. Un ejercicio de «responsabilidad de sindicatos y patronal en respuesta a la grave crisis económica que vive nuestro país», según definía ayer el secretario provincial de UGT, José Luis García Pascual, que compareció ayer junto con el secretario provincial de Comisiones Obreras, Fidel Velasco, para explicar las claves de este acuerdo.

El objetivo que persigue esta acuerdo es preservar la «regulación legal de la negociación colectiva y respetar los convenios colectivos en vigencia. En otras palabras, es un pacto «por el empleo, para el empleo y la solidaridad». Para conseguirlo, se pretende que se adopten «medidas ágiles» que permitan una flexibilidad laboral que sirva para evitar despidos y se adapte a los convenios provinciales. El acuerdo fija un acuerdo de rentas que supone un incremento este año no debería superar el 0,5%, con una «cláusula de actualización aplicable al final del ejercicio concretada en el exceso de la tasa de variación anual del IPC general español del mes de diciembre sobre el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (2%)», según recoge textualmente el acuerdo. En 2013, el aumento de salarios pactados no debería superar el 0,6%, mientras que en 2014 se ajustará al ritmo de crecimiento de la economía, en función de unos parámetros relacionados con el aumento del PIB.

Los convenios incluirán componentes adicionales, lo que se denomina 'salario variable', que irá asociado a la marcha de la empresa, en función de criterios como la productividad y los beneficios. Lo que se pretende, es «contribuir a reactivar la economía y el empleo», según García Pascual. El líder de UGT aseguró que se trata de un acuerdo «excepcional» ante una situación muy complicada que afecta al empleo. Pero «no es un punto de partida», es también un «punto de llegada» para normalizar las relaciones laborales. En opinión de García Pascual, el desempleo no es por un problema de regulación laboral sino que es «una crisis provocada por el sistema financiero, la debilidad del tejido productivo, las políticas de ajuste y de recortes y la inexistencia de demanda que provoca la caída del consumo, la productividad y el empleo».Sigue en la edición impresa