La crisis empuja a los burgaleses a utilizar más el autobús urbano

J. M. / Burgos

La convicción de que en época de crisis los euros hay que saber gastarlos o bien no derrocharlos, por un lado, y, de otra parte, la subida escandalosa del precio de los combustibles, que están en sus valores más altos de la historia, están empujando a más burgaleses a usar el transporte público que cualquier campaña de sensibilización medioambiental.

Los burgaleses parecen haberse tanteado el bolsillo y haber decidido que vale más dejar el coche en el garaje y coger el autobús para ahorrar unos cientos de euros al año. Esa tendencia que ya se explicitó en 2011 sigue al alza en este año y en el mes de enero el número de viajeros se ha vuelto a disparar. Nada menos que 30.422 viajeros se han sumado a los que habitualmente usan el autobús, que en el mes de enero fueron 1.205.633 usuarios.

Parte de culpa de este auge del autobús urbano la tiene la progresiva peatonalización del centro y la modificación de líneas y la apertura de nuevas paradas que han hecho mucho más atractivo el transporte público frente al coche para viajar entre puntos como Pozanos y el G-3 y el oeste de la ciudad o del centro a Fuentecillas. Así la confluencia de factores como el ahorro familiar, la carestía del combustible, la racionalización de las líneas y el fomento del transporte público han traído como resultado que líneas como la de Gamonal ganen más de 3.400 usuarios en un mes o 5.384 en la que une la barriada del Pilar con el G-3 y otros dos mil con el G-2, entre otras líneas, que en total añaden 30.422 usuarios al transporte público. Y es que son las líneas de más largo recorrido las que más usuarios han ganado en enero. A recorridos como los anteriormente mencionados hay que sumar el aumento de pasajeros en las rutas del G-3 a Yagüe, de Gamonal a la Universidad y de ésta a la estación de tren. Es llamativo que el número de viajeros desde la plaza de España al aeropuerto se haya casi duplicado, al pasar de 105 a 205.