«El éxito nos había 'amodorrado' y con la crisis, despertamos y fuimos más allá»

M. M. / Burgos

Utilizar recipientes cuadrados en lugar de redondos al embotellar el aceite, colocar el pan de molde en vertical y no en horizontal, retirar el envase de cartón de la pasta de dientes o poner una tapa de plástico a las latas gigantes de atún -y convertirlas en recipientes cerrados que permitan al alimento no secarse tan rápido-, son prácticas que el más común de los mortales quizás realice cada día sin darles especial relevancia.

Sin embargo, el director de Comunicación en Castilla y León de Mercadona, Julio Casado, comentó ayer a los alumnos de la Universidad de Burgos, cómo esas pautas son algunas de las bases sobre las que se apoya el exitoso Modelo de Calidad Total (MCT) de esta cadena de supermercados, las cuales les reportaron un ahorro de 3.000 millones de euros.

«Se trató simplemente, de dejar de 'transportar aire', es decir de perder tiempo y recursos, y buscar la forma de optimizarlos mediante mejoras en la logística y la productividad», confesó. Así, explicó que en 2008 en que comenzó a hacerse más patente la crisis, «ésta sirvió sobre todo para despertarnos de la modorra a la que el éxito y la época de bonanza nos habían llevado», confesó, siendo éste el primer gran beneficio obtenido por el grupo empresarial presidido por el valenciano Juan Roig.

Y fue el primero de muchos, ya que en la charla que Casado ofreció ayer dentro de las jornadas 'Empresa y Universidad' organizadas por El Mundo- El Correo de Burgos con motivo de su X aniversario, éste dio a conocer algunas otras cifras igualmente atractivas: los 4,5 millones de hogares a los que llega Mercadona con sus 1.400 supermercados de barrio -en los que el 35% de sus productos son de sus marcas blancas y donde cuentan con más de 70.000 trabajadores fijos-, o los 17.800 millones de euros facturados en el pasado 2011.