El Correo de Burgos
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BurgosLa crisis ha duplicado los casos de mujeres que ejercen la prostitución a lo largo y ancho del país. En Burgos, en los últimos doce meses el número de pisos dedicados a la prostitución ha crecido un 50 por ciento, al tiempo que aumenta el volumen de prostitutas nacionales cuando en las últimas décadas parecía haber disminuido. La pérdida del trabajo, el agotamiento de las prestaciones por desempleo o la simple necesidad ha llevado a muchas mujeres a hacer la calle como una salida a la desesperada.Según los datos aportados por la ONG católica Caritas Diocesana, en Burgos y provincia hay 21 clubes, donde se estima que puede haber aproximadamente 250 mujeres ejerciendo la prostitución. Muchas de ellas han llegado desde distintos puntos del mapa, aunque las nacionalidades más comunes son la colombiana, rumana, brasileña y ahora, también la española. Según pudo saber la Agencia Ical, en los últimos dos años se ha constatado un aumento de mujeres nacionales que ejercen la prostitución, si bien es cierto que las nacionales son más reacias a hacerlo en clubes de carretera por temor a ser reconocidas.El primer efecto de la crisis y su traducción en el mundo de la prostitución lo tienen los cerca de 22 pisos que, según los datos de Cáritas se encuentran repartidos en la ciudad y ofrecen los servicios de una prostituta las 24 horas. Sin tiempo para conocer la cifra exacta de pisos de citas, son muchos los que plantean que el número podría rondar medio centenar en la capital, si bien es cierto que es imposible cuantificar este tipo de casas dedicadas al placer.Leticia tiene 26 años y lleva cuatro ejerciendo la prostitución en Burgos. Colombiana de nacimiento llegó desde su país para trabajar «de lo que fuera» y desde un primer momento tuvo claro que «una forma rápida de hacer dinero» era satisfacer las necesidades de aquellos que pagan por tener sexo. Según explicó a la Agencia Ical, cuando llegó a España buscó un piso «discreto y bien situado» y creo lo que ella define como «una casita del placer» junto con tres compatriotas a las que quiere «como si de una familia se tratara».Más información en la edición impresa

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