Cruce de favores

L. B. / Burgos

Se llama banco pero poco tiene que  ver con las entidades financieras de hoy en día. Un detalle esencial marca, de hecho, la diferencia. En este banco en cuestión el dinero brilla sí pero por su ausencia. Nada de metal, aquí el único valor de cambio es el tiempo, de ahí su apellido, y la hora se convierte en moneda única, por obra y gracia de un cheque que acredita el abono de un servicio prestado. A grandes rasgos este es el mecanismo del Banco del Tiempo de Burgos, organización creada por María Pilar Barrios que a punto está de estrenar su sede en la calle Zaragoza y comenzar a funcionar.

Con todo, la agrupación llega a este momento, su momento, con los deberes hechos a golpe de difusión, boca a boca o virtual.

Barrios suma cientos de correos electrónicos de interesados en una iniciativa que, sencillamente, aspira a recuperar el espíritu del trueque «tan necesario en estos tiempos», explica la promotora. Y es que el ahorro que puede suponer un intercambio de servicios, ideas, labores «o incluso productos», apunta Barrios, será un alivio para muchos bolsillos ahogados por la implacable crisis económica.

Eso sí, «las prestaciones que se ofrezcan no deben en ningún caso sustituir una tarea estable que deba ser remunerada», recuerda Barrios. Para evitar picarescas el Banco del Tiempo de Burgos ejercerá un control sobre el uso de los talonarios de horas que se entregarán a cada usuario, una vez esté inscrito eso sí, tras aportar sus datos y superar una entrevista personal. «Los servicios que se demanden se prestarán en el domicilio del interesado así que nuestra obligación es vigilar», indica Barrios al respecto.

Así, un experto repostero podrá solicitar un corte de pelo a cambio de un pastel.

Habrá quien pida una clase particular de urgencia para su hijo que tiene examen mañana y no acaba de comprender el manejo de las fracciones y en pago cosa el bajo de un par de pantalones.

Incluso se darán casos de ancianos que busquen un acompañante para acudir al médico y, de vuelta, enseñen a sus guías algunos trucos de limpieza.

Son solo tres ejemplos de los intercambios que propiciará el Banco del Tiempo de Burgos en el que María Pilar Barrios lleva empeñada desde enero de 2011, cuando iniciaba todo el papeleo. «Creo que va a funcionar muy bien», confiesa y relata: «La idea surgió cuando me di cuenta de que había bancos del tiempo en toda España y en toda la región menos en Burgos. De hecho en Valladolid es un servicio municipal y tiene hasta tres sedes. Me informé y comencé los trámites, que han sido un poco largos. Primero redacté los estatutos y esperé meses a que la Junta los aprobara. Después acudí al Ayuntamiento para solicitar una sede y el área de Participación Ciudadana me ha brindado su apoyo y un lugar donde recibir a los usuarios».

El espacio en la calle Zaragoza, en pleno barrio de San Pedro y San Felices, será temporal. El definitivo, en principio, estará ubicado en la Casa de Cultura de Gamonal. Pero eso será dentro de unos cuantos meses. Para entonces, el Banco del Tiempo de Burgos ya habrá iniciado su andadura y sus impulsores combinarán el registro de nuevos usuarios con charlas informativas en centros cívicos, CEAS...

Hasta ahora la red de redes ha sido el punto de encuentro de quienes ansiaban la puesta en marcha de esta herramienta de intercambio de servicios. Su perfil de Facebook supera los 600 amigos. Para más señas: facebook.com/bancodeltiempo.burgos y bancodeltiempodeburgos.blogspot.com.es.