El Correo de Burgos

X CONGRESO PROVINCIAL DEL PSOE

Tudanca obtiene una victoria holgada en el Provincial pero se reabre la herida con la capital

El diputado nacional es elegido secretario general del PSOE con el 77,8% de los votos / La otra candidata, Esther Peñalba, y su equipo se quedan fuera de la Comisión Ejecutiva al no llegar a un acuerdo acuerdo

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Burgos

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J. MAIQUES / Bruselas

Luis Tudanca será el secretario general del PSOE de Burgos durante los próximos cuatro años. Así lo decidió ayer en el IX Congreso Provincial del partido el 77,8% de los delegados de la formación socialista que, con su voto, respaldaron que fuera el diputado nacional quien sustituya a José María Jiménez al frente del partido tras doce años de mandato. La otra candidata, Esther Peñalba, se tuvo que conformar con el otro 22,2% de los sufragios, casi todos ellos obtenidos con el apoyo de la Agrupación Local de Burgos.

En una segunda lectura, al margen de unas cifras que evidenciaron un triunfo holgado de Tudanca, el Congreso también sirvió para demostrar que las heridas entre la candidatura oficialista y la de la Agrupación Local de la capital no se han cerrado, ni tienen pinta de cicatrizar y solo un giro imprevisible evitará que la batalla entre la Ejecutiva Provincial y la Local no se extienda a la lucha por quién manda en este órgano y por quién encabeza la lista a la Alcaldía de la capital.

Esa sensación de división y de enfrentamiento, que ya no escondía nadie al término del Congreso, la relataba un militante afín a la candidatura de Peñalba quien, tras las intervenciones de los 13 delegados que quisieron tomar la palabra (a puerta cerrada) y antes de que estos emitieran su voto, expresó en corrillos que echó de menos un debate «más constructivo».

Los reproches de este experimentado afiliado iban dirigidos al concejal socialista, Antonio Fernández Santos, y al ex secretario de las Juventudes Socialistas, Daniel de la Rosa, a quienes se les achacó, en el caso del primero, que fuera excesivamente duro con Peñalba en su intervención (incluso rozando la descalificación) y, por parte del segundo, que se excediera en gesticulaciones desmesuradas -las describieron como propias de un «hooligan»- que arengaron de tal forma a Tudanca que irritaron a quienes defendían a Peñalba. Es más, hubo quien apuntó que esa defensa incluso molestó al aún no elegido en ese momento (aunque estaba cantado) como nuevo secretario general del partido. Del lado de la capital, señalaron que el más beligerante fue José Moral, quien reclamó un giro a la izquierda del partido.

En cualquier caso, lo cierto es que Tudanca consiguió sumar un apoyo abrumador de la práctica totalidad de las agrupaciones de la provincia (el resultado en votos fue de 91 frente a 26) y contó con el respaldo de los territorios, exceptuando la capital, más influyentes: Miranda de Ebro y Aranda de Duero.

Precisamente en el apoyo de la provincia fue en lo que puso el acento el recién elegido secretario general, quien destacó que la amplia mayoría del 78% de votos «cumple con el que era mi objetivo: un partido unido y fuerte».

Tudanca se comprometió a «trabajar duro» y pidió el mismo compromiso al resto de delegados «para que seamos capaces de dar respuestas a los problemas que tiene la gente que lo está pasando mal».

Hubo varios intentos porque la Agrupación Local se integrara en la Ejecutiva pero no se consiguió alcanzar un acuerdo. Las diferencias entre unos y otros eran palpables en el claustro de San Agustín y prueba de ello es que los partidarios de Peñalba se alejaron del tumulto, se separaron del resto para debatir en la intimidad, pero la decisión estaba tomada: no se iba a aceptar ningún acercamiento.

Fuentes próximas a Tudanca culparon a sus 'rivales' de cerrarse en banda y la propia Esther Peñalba indicó que la decisión se debía a que «no habían aceptado su programa». La candidata señaló que, pese al resultado, se consideraba «ganadora» al conseguir el «objetivo de abrir un debate en el partido»: el de conseguir una formación «más participativa». Cabe recordar que pidió que el nuevo secretario general se eligiera permitiendo el sufragio de todos los afiliados. No lo consiguió. La gestión de Jiménez recibió el respaldo del 83% de los delegados.

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