El acusado veía como real la falsa trama contra él y su familia, según los forenses

M. R. / Burgos

La segunda jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial contra Carlos G.H., acusado de matar a Luis Sanmartín López en Quintana María, se centro en gran parte en desgranar los principales rasgos psiquiátricos del acusado, fundamentales, en este caso, para determinar su grado de imputabilidad por los hechos que se le juzgan.

Los peritos forenses que le trataron durante las cuatro semanas que el acusado estuvo ingresado en el área de psiquiatría del hospital Divino Valles tras su detención señalaron que Carlos G.H. padece un trastorno de personalidad paranoide. Un tipo de patología que, según explicó el jefe del Instituto de Medicina Legal, Amador Martínez Tejedor, le permite llevar una vida familiar y laboral normal pero que altera su percepción de la realidad respecto a acontecimientos concretos de su vida. Esto es lo que hace que, según el criterio de este experto, el acusado pudiera ser a la vez plenamente consciente de que lo que hizo estaba mal pero no se pueda condenar penalmente por ello al estar completamente alterada su visión de la realidad.

La explicación de estos conceptos aparentemente contradictorios entre sí centró gran parte de las preguntas que plantearon las partes y el presidente del tribunal. Los expertos también descartaron con rotundidad que el acusado simulara este trastorno. En este sentido, los expertos que ayer declararon en el juicio trataron de fundamentar este diagnóstico a través del relato de hechos que el propio acusado les proporcionó durante el tratamiento en el Divino Valles. La médico forense que le realizó la primera prueba psiquiátrica constató que el acusado presentaba una «ideación paranoide de persecución estructurada», lo que recomienda su ingreso en el Divino Valles. Carlos G.H. hablaba de una trama orquestada contra él y su familia por vecinos de Quintana María en la que la víctima era el cabecilla.