El Correo de Burgos

SAN PEDRO 2012 / Ofrenda floral

Plegarias de mil colores

Más de 5.000 burgaleses rinden tributo a Santa María la Mayor

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Burgos

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L. B. / Burgos

Tomás Santamaría se afana por dejar bonito su rincón. Los ramos se acumulan a sus pies y con rapidez, casi tallo a tallo, busca el hueco preciso en una ya tupida pared de colores. Con este suma ya dieciséis años entregado a dar forma al tradicional homenaje a la patrona de la ciudad.

Su dilatada trayectoria a los pies de Santa María la Mayor le autoriza para hacer balance y no duda: el evento más entrañable del programa festivo, que de un tiempo a esta parte corona el propio día grande, 'envejece' muy bien. Desde el escenario que sostiene la ofrenda floral Tomás advierte un incremento de la participación.

«Cada año desfila más gente por la plaza del Rey San Fernando», insiste y precisa que en esta ocasión el volumen de ramos es muy superior al de anteriores ediciones. «Otras veces las teníamos que dejar más sueltas para llenar y ahora estamos juntándolas para que quepan», relata.

¿La causa? «Quién sabe...», responde sin dejar de colocar con esmero flor a flor. Con todo, medita y sin demasiada presión se aventura: «Puede que la crisis tenga algo que ver. Cuando las cosas se ponen feas toca encomendarse, a ver si mejora el panorama», remata con humor este joven danzante del grupo Justo del Río y rendido admirador de la ofrenda «porque soy creyente y me parece una cita muy especial».

Y así flor a flor, hasta 40.000 cubrieron el manto de la patrona al término del desfile de los más de 5.000 burgaleses, según cálculos del Comité de Folclore, que quisieron rendir tributo a la Virgen. Peñas, hermandades, grupos de danzas y colectivos varios integraron una comitiva que caminó a paso ligero y prolongó el vistoso homenaje durante más de una hora. Abrió y cerró el trasiego de plegarias el grupo encabezado por reinas mayores e infantiles y la delegación valenciana de falleras, seguido por la Corporación Municipal, con el alcalde, Javier Lacalle, al frente para entregar el último ramo en nombre de toda la ciudad.

Lucía Fraile y Eva Gutiérrez, reinas mayor e infantil, tomaron la palabra una vez alcanzado el destino. La pequeña, con una cuidada entonación, pidió a Santa María por todos los niños del mundo «para que tengan alimento, estudios, una familia, juegos...» y en particular por los de Burgos «para que sean obedientes, sencillos, responsables y solidarios». Gutiérrez por su parte expresó su fervor a la Virgen y solicitó su apoyo.

La voz de Regina Peñacoba condujo a los presentes -centenares de personas, por cierto, que no se movieron en toda la mañana a pesar del sol que sorprendió y 'cayó' con intensidad- por los entresijos de un evento que comenzó a celebrarse en 1955 y cuyas riendas tomaba en 1987 el Comité de Folclore «para darle el máximo esplendor».

Esa misma voz daba paso al baile de los Gigantillos y a la jota castellana que bailaron representantes de todos los grupos de danzas de la ciudad a modo de despedida, con permiso, eso sí, de la Salve entonada por la Schola Cantorum que, entre charanga y charanga, puso la banda sonora a la florida mañana.

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