La falta de empleo duplicó en un año la estancia media en el CEIS

L. B. / Burgos

La estancia media en el Centro de Integración Social (CEIS) se disparó el año pasado a 13 meses. Superaba así el límite de los 9 marcado como objetivo desde la puesta en marcha de las instalaciones hace una década y duplicaba el tiempo registrado en 2010, cuando los usuarios abandonaban este servicio en poco más de 6 meses de media.

Sin llegar a tener lista de espera en la actualidad, algo que sí ocurrió el año pasado, el espacio alcanza a una ocupación del 86% que en el caso concreto de las plazas para hombres (las de mujeres no se llenan) mantienen el 100% de forma continua.

Ambos factores, más estancia y más ocupación, hacían que en 2011 el número de usuarios atendidos en el CEIS fuera inferior a lo habitual. De las 75 personas que pasaron por él, 61 eran nuevos casos.

La crisis, como era de prever, tiene la culpa del aumento de la estancia y las consecuencias que este acarrea. «El mercado laboral está estancado y eso bloquea el proceso de inserción. Es preocupante porque el freno si se prolonga más de lo debido hay más riesgo de dar un paso atrás, incluso de tirar por tierra el trabajo de mucho tiempo», explicó ayer Miguel Santos, presidente de Fundación Lesmes, entidad que gestiona este servicio municipal destinado a personas sin hogar y sin recursos.

Explicó al respecto que cada persona se toma el tiempo que necesite para superar las dificultades que la conducían al CEIS. «Una vez resuelta la posible falta de habilidades sociales o tratadas las dependencias que presente es fundamental encontrar un puesto de trabajo, algo que hace unos años era fácil, sobre todo en sectores como la construcción y la hostelería. Ahora es casi imposible», añadió.

Con todo, Santos se mostró optimista y apuntó que «esta situación algún día va a cambiar, la crisis no va a durar para siempre».

Mientras amaina el 'temporal' y se recupera la creación de empleo, Santos aconsejaba a las administraciones «apostar por las políticas de promoción de empresas sociales», que permiten brindar oportunidades laborales a quien más lo necesita. «Hay que pensar que lejos de ser un gasto, estas políticas son inteligentes porque sirven de impulso a personas que, de otra manera, generaría un coste más elevado a través de las prestaciones», indicó.

Santos realizó estas declaraciones en presencia del alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, y la concejal de Servicios Sociales, Ana Lopidana, que visitaron ayer el CEIS para rubricar la renovación del concierto por el que el Ayuntamiento invertirá este año y «gustosamente», según precisó el regidor, 517.000 euros en el funcionamiento de las instalaciones de la calle Manuel Altolaguirre.

Lacalle destacó el extraordinario trabajo que se lleva a cabo en ellas y consideró que «en estos tiempos tan difíciles, es más necesario que nunca». Garantizó que el Ayuntamiento «seguirá esforzándose para mantener el apoyo prestado hasta la fecha, cifrado en más de cinco millones desde 2002».

Reconoció, eso sí, que es pronto para fijar la cuantía que se destinará el próximo año. La intención, no obstante, es mantener en la medida de lo posible el respaldo económico a los colectivos locales que trabajan en el ámbito social.