El Correo de Burgos

Cáritas instalará en octubre diez nuevos puntos para recoger ropa

El de El Mirador ha resultado «un éxito». Pretende crear una empresa de inserción para su gestión con doce puestos de trabajo

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Burgos

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L. B. / Burgos

Esperaban una buena acogida pero el resultado obtenido hasta la fecha ha superado todas las previsiones. El contenedor instalado por Cáritas Burgos en las instalaciones del Centro Comercial El Mirador para depositar ropa usada funciona tan bien que la organización diocesana se ha visto obligada a aumentar la frecuencia de vaciado.

La recogida de las prendas entregadas en este punto iba a realizarse en principio una vez al día. El éxito de la iniciativa ha motivado repetir esta operación al menos en dos ocasiones cada jornada de lunes a jueves, hasta tres los viernes y los sábados y hacer un 'viaje' también los domingos.

Desde el departamento de Economía Social de Cáritas, responsable del Proyecto Arropa en el que se enmarca la iniciativa, Juan José Dueñas señala que la instalación de este nuevo contenedor el pasado 20 de julio ha elevado la cantidad de ropa recogida a «casi 200 kilos al día». Considera que la facilidad de acceso y aparcamiento está detrás de los buenos resultados cosechados. Así, paso a paso confía en alcanzar, incluso superar, el objetivo que la organización se ha impuesto: recoger 320 toneladas en un año.

El del Centro Comercial El Mirador era el primer punto habilitado fuera de las propias instalaciones de Cáritas para este fin. Le seguía recientemente un segundo depósito en el patio de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en la barriada Juan XXIII. En octubre otros diez más lucirán en distintos rincones de la ciudad, todos privados pero de acceso público para evitar incidentes. Dueñas prefiere no desvelar aún los destinos concretos, tan solo avanza que buena parte estarán en parroquias. «Estamos a la espera de cerrar los acuerdos con otros centros comerciales», apunta y no descarta, en un futuro inmediato, extender la red a alguna de las grandes empresas de Burgos, de forma que sus empleados puedan depositar la ropa en el mismo centro de trabajo.

Con todo, más allá de facilitar al máximo estas donaciones a los ciudadanos -que visto el éxito reciente, era una necesidad- el objetivo final del proyecto es «social», sentencia Dueñas. Arropa pretende promover la inserción social y laboral de los usuarios de distintos programas de Cáritas que se encuentran en riesgo de exclusión. ¿Cómo? «La idea es crear una empresa de inserción que asuma la gestión de la ropa que se deposita», responde el responsable del área de Economía Social. He ahí la cuestión.

Los detalles, la dimensión y el alcance de esta propuesta quedan a expensas de un estudio de viabilidad que se elaborará en el último trimestre del año. El informe resultante determinará si la empresa en cuestión debe asumir todo el proceso o solo alguna de las tres fases en las que se divide: recogida y transporte, clasificación y tratamiento y distribución. De aceptar el reto al completo podrían crearse hasta doce puestos de trabajo.

La apuesta social no es, sin embargo, la única que impulsa esta iniciativa. «Además de la creación de empleo para personas en situación de exclusión, Arropa busca facilitar ropa asequible a personas con necesidades económicas, mejorar el medio ambiente y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de un consumo responsable fomentando en definitiva los hábitos de reducir, reutilizar y reciclar».

Al respecto, Dueñas incide en el «aprovechamiento total» del textil que se recoge. «El que es útil para distribuir a cambio de donativos simbólicos se lleva a nuestras tiendas y el que no se convierte en otros materiales», comenta.

El inminente despliegue de la red de contenedores en la capital burgalesa sigue la estela de Miranda de Ebro, municipio que suma hasta 23 puntos de depósito.

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