El Correo de Burgos

IV FIN DE SEMANA CIDIANO

El medievo se despide con el objetivo de seguir creciendo

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Burgos

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M. R. / Burgos

Como suelen decir los organizadores de los grandes eventos culturales y populares cuando se echa el telón de la última celebración, ya empieza la cuenta atrás para organizar la próxima edición.En el caso del Fin de Semana Cidiano será la quinta edición, lo que bien merecerá un nuevo paso adelante. En eso ya están pensando los responsables de la organización de una fiesta que ayer se cerró con un balance exitoso, según expresaba el presidente de la Federación de Hostelería, Ricardo Garilleti. «Estamos muy contentos», resumía el representante de los hosteleros. No es para menos, durante los tres días que ha durado este año el Fin de Semana Cidiano, han sido miles las personas que han podido disfrutar de las diferentes ofertas de ocio y culturales desplegadas por todo el centro de la ciudad. Para lograrlo ha servido el incremento del 40% en el número de participantes, así como «los burgaleses, que se han metido de lleno» en la celebración. La respuesta de los visitantes de otras ciudades también ha sido muy positiva. Uno de los principales objetivos de esta edición era precisamente conseguir ser un foco de atracción para los turistas. «Hemos conseguido salir el algún medio nacional», explicaba el presidente de los hosteleros. Respecto a la próxima edición, Garilleti expresó la conveniencia de seguir creando nuevos espacios que permitan la implicación de los hosteleros, como ha sido este año la plaza de la Libertad. «Me gustaría plantear la posibilidad de que se puedan crear en otras zonas jaimas medievales».

Por otro lado, la participación de las peñas es una opción de futuro y que este año ya se ha notado. Cuanto más participación haya de colectivos que siempre ayudan a animar y dar vitalidad en esta celebración, el efecto será mejor sobre el visitante. Porque por actividades no va a ser. En la jornada de ayer, en la que el buen tiempo volvió a ser un aliado impagable, la misa concelebrada en la Catedral sirvió para presenciar un viaje en el tiempo con gran parte de los integrantes de las asociaciones recreacionistas vestidos para la ocasión.

Fuera, la plaza del Rey San Fernando era un continuo ir y venir de personas por entre los puestos. Para los que no querían moverse demasiado podían disfrutar de la representación teatral de la asociación Mío Cid, de Poyo del Cid (Teruel), un buen ejemplo de cómo trasciende la figura del Cid más allá de lo local. Mientras, a pocos metros, fuera de los muros de la ciudad medieval, se iban pertrechando caballeros y jinetes para iniciar la marcha hacia el destierro por la orilla del Arlanzón. Ya era el momento de cerrar y empezar a pensar en la próxima edición.

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