Burgos, cruce de caminos en las migraciones de las aves

MARTA CASADO / Burgos

El trabajo en común de más de 300 ornitólogos o 'pajareros' en la provincia de Burgos ha permitido aglutinar las novedades que han surcado los cielos durante los últimos tres años en el III Anuario Ornitológico de Burgos  que edita el Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos. «Es un trabajo de todos, que nace en una pequeña provincia y que esperamos seguir realizando en los próximos años», apuntaban en la presentación los coordinadores de la publicación que ya registra nueve años de observación en Burgos, David González y Fernando Román. Ellos confirman el trabajo constante de los aficionados a este mundo que, gracias a las nuevas tecnologías, «pueden hacer un seguimiento diario, casi al momento de la observación de aves en la provincia».

Un total de 322 especies surcan los cielos burgaleses, según este documento. Cada año se avistan tres nuevas pero son un total de 170 las oriundas de la tierra, las que nidifican en la provincia de Burgos. El resto están de paso en los procesos migratorios. Una situación que permite observar ejemplares raros como el Escribano Pigmeo, natural de zonas nórdicas. En este nuevo anuario se incluyen nueve especies que no se habían catalogado con anterioridad. El sistema de seguimiento permite también discernir aquellas especies que están a punto de desaparecer. Entre ellas tres son las que corren un mayor riesgo: Alondra Ricotí, de la que quedan cinco o seis parejas en Páramo de Corcos porque en Casanova ya han desaparecido; la Ganga Ortega; y el Águila Perdicera. También están perdiendo presencia las garzas o el pito negro. «Esto obedece a los cambios del hábitat, las tierras de cultivo están desapareciendo y con ellos las aves que viven en este ambiente pero, por contra, aparecen ejemplares de zonas forestales, que aumentan, y las lagunas como las de Atapuerca acercan a nuevas especies», concluye David  González. Se editarán 500 ejemplares de este anuario.