Concepción ve la reforma judicial del Gobierno como un «ataque mortal»

M. R.  / Burgos

La celebración de apertura del año judicial en la región regresó a su casa después de años en escenarios lejanos. Si bien, el lugar elegido, uno de los patios cerrados, para acoger este acto en el renovado Palacio de Justicia también estaba cargado de significado y así lo hizo constar en su intervención el presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Luis Concepción. El presidente justificó la «improvisación» de habilitar un espacio para celebrar el acto solemne en la «falta de previsión de los responsables técnicos» respecto a las necesidades del alto tribunal.

Tras esta crítica al resultado de la reforma de un edificio que protagonizó años de discusiones sobre qué instituciones debía albergar y de qué manera, el presidente del TSJ centró gran parte de su intervención en defender la independencia del poder judicial, amenazada, en su opinión, por el anteproyecto de reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) de 1985. Un cambio que si se realiza en los términos en los que ha fijado del Gobierno supondría «un ataque mortal» a la independencia judicial. Concepción no negó las «nefastas consecuencias» de la LOPJ y su influencia en la politización del órgano de gobierno de los jueces.

En su discurso, el presidente del TSJ también analizó las consecuencias de esta reforma sobre el trabajo de los jueces, que «no es una tarea mecánica y susceptible de ser acotada en tiempos».

En este sentido, alabó la decisión de eliminar los jueces sustitutos, ya que «la profesionalidad de la Justicia es un derecho de los ciudadanos» y apostó por que esos asuntos los resuelvan jueces profesionales. Esta reforma, añadió, debe pasar por «un diseño audaz dirigido a conseguir la eficacia de la función pública» porque «nos parecemos demasiado a lo fuimos y no a lo que debemos ser». Concepción hizo una apuesta por la «innovación y la eficiencia».Continúa en la edición impresa.