El Correo de Burgos

SUCESOS

Incendia una sucursal de CaixaBank en Sotopalacios tras desalojar a los empleados

El autor, detenido por la Guardia Civil, tiene problemas económicos con la entidad

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Burgos

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M. R. / Burgos

La desesperación de un hombre que atravesaba por una mala situación financiera pudo acabar ayer en tragedia en Sotopalacios. V.U.G., de 50 años de edad, vecino de toda la vida de la localidad, donde se le conoce como 'El herrero', decidió zanjar sus problemas económicos con CaixaBank por la tremenda. Desde la entidad no se dio información sobre cuáles eran exactamente esos problemas económicos.

A primera hora de ayer, poco antes de las nueve y media de la mañana, se acercó a la gasolinera que hay junto a la carretera de Santander, a unos metros de donde se ubica la sucursal de CaixaBank. Una vez en la estación de servicio, llenó un bidón de gasolina, y se dirigió a la oficina bancaria, donde sus cuatro empleados ya habían iniciado la actividad diaria. Al llegar, lo primero que hizo fue obligar a los trabajadores de la entidad bancaria, tres hombres y una mujer, que abandonaran la oficina -no había clientes- mientras les decía que «quería hacer daño a la institución», no a los trabajadores.

Entre confundidos y asustados, los empleados abandonaron la sucursal bancaria mientras V.U.G. derramaba en el interior de la entidad hasta 20 litros gasolina. Después, prendió fuego. La cantidad de combustible vertido, así como el reducido tamaño de la instancia junto con la acumulación de gases, provocaron una fuerte explosión que hizo saltar los cristales de la dependencia bancaria y generó una intensa llamarada. La explosión provocó importantes daños materiales, que según las primeras estimaciones ascienden a cerca de 100.000 euros, que dejaron inoperativa la sucursal, lo que obligó a derivar a los clientes a una oficina móvil, que funcionará mientras se acondiciona el local que ya se ha cedido a CaixaBank.

Aunque afortunadamente no hubo que lamentar daños personales, el centro de operaciones del 112 movilizó una UVI móvil que en el lugar atendió a uno de los trabajadores, J.C.B.G., de 34 años, por un corte con cristales en una pierna, y a otra empleada, A.P.V., de 33 años, que había sufrido una crisis de ansiedad. Los dos fueron atendidos en el mismo lugar y no fue necesario trasladarlos en ambulancia. Según testigos consultados por este periódico, la explosión fue de tal virulencia que prácticamente se escuchó en todo el pueblo.Continúa en la edición impresa.

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