Sube un 3% el número de mujeres sin techo atendidas

MARTA CASADO / Burgos

La pobreza tiene más rostro de mujer que antes. Es uno de los fenómenos que han constatado quienes en época de bonanza y en tiempos de crisis trabajan con los últimos de los últimos. El servicio de Atención a Personas sin Hogar de Cáritas ha detectado este año que entre los sin techo se ha incrementado el número de mujeres un 3%. El año pasado era el 9% de las personas atendidas. A lo largo de estos meses ha subido hasta el 12% la presencia femenina entre el colectivo más castigado por la pobreza.«Las situaciones están muy cronificadas», reflejó ayer el educador del programa Personas Sin Hogar, David Polo, quien consideró que la situación se debe a que «antes la mujer tenía otros recursos antes de llegar a la calle, había puestos de trabajo a los que llegaba de forma más fácil pero ahora no lo encuentran y se dan estas situaciones». Cuando la desesparación no es suficiente para sobrevivir cada día en el sinhogarismo se agravan situaciones de adicciones, que se circunscriben a drogas más baratas y dañinas, y se incrementa la violencia para sí y para los demás. En este ámbito la mujer está en peor situación. «Es más susceptible de sufrir violencia una vez en la calle, de trata, abusos... contamos con el apoyo de los programas de apoyo a la mujer de Cáritas (Betania o Ain Karem) para atender estas situaciones de forma coordinada», apuntó al respecto Polo.

Cada vez más jóvenes

El sinhogarismo afecta a personas cada vez más jóvenes. La edad media ha pasado de 44 a 40 años y es más frecuente atender las necesidades de jóvenes en alojamientos precarios por una salida prematura del entorno familiar ante conflictos que se recrudecen. «En los últimos días hemos atendido a cuatro personas de 18 a 25 años en estas situaciones».

A la desesperanza de no tener un hogar, un techo, hay que unir la desatención por excesiva burocracia que se cumple escrupulosamente, con baja calidad de información, haciendo que muchas personas pierdan derechos adquiridos como subvenciones, renta de ciudadanía ... El problema llega a la atención sanitaria. «Si acudes a Urgencias del Hospital atienden a todo el mundo y una primera consulta pero después hay trabas a la hora de solicitar atención primaria, curas y cobro en función del seguro en la atención a especialistas».

Los niños son un colectivo especialmente vulnerable en estos momentos de crisis. Cáritas cuenta con cinco Centros de Infancia en la provincia donde se atienden a 293 niños. «Aumenta la demanda porque las familias son más vulnerables, la pobreza es más extensa y se ha cronificado» sostuvo ayer el delegado de Cáritas Burgos y responsable de estos centros, Óscar Moriana. Es el peor lado de la crisis y un caldo de cultivo para la prolongación de sus terribles efectos «durante mucho más tiempo de lo que se cree porque son las nuevas generaciones» que se están formando en la falta de oportunidades. Estos espacios de ocio y acompañamiento a niños que viven un drama que da la pobreza, la soledad.