El Correo de Burgos

Aranda baila la jota El Chilindrón

La Administración nº 2 vende íntegro el segundo premio, el 42.260, cargado con 225 millones de euros, repartidos casi en su mayoría por los 160 socios de esta Peña

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Burgos

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A.S.R. / Aranda

La tranquilidad con la que los arandinos pasan por el puente sobre el Duero no hace presagiar la que se acaba de montar unos metros más allá. Es irrumpir en la plaza de Santa María y... ¡¡¡¡Fieeeestaaaaaaaa!!!! La Peña El Chilindrón ha sacado toda su artillería. No es para menos. Ellos han repartido la mayor parte del segundo premio de la Lotería de Navidad, vendido íntegramente en la Administración nº 2, en la Mayte, que, aunque a lo largo de sus 31 años de vida ya ha dado otros premios (otro segundo hace diez años), nunca uno tan cargado.

El 42.260 baila, salta, pasa de mano en mano, vuela por los aires, recibe más besos que ninguna, se emborracha con el calimocho y la cerveza que corren más que el cava o el tinto de Ribera. Ese, del que tantas familias viven en la comarca, se reserva para la comida, para cuando se acompañe con un buen lechazo. Ahora toca brindar, llorar, acordarse de los agujeros que ya no serán, olvidarse de las estrecheces para pagar la hipoteca, acariciar ese primer coche o aplaudir porque esta lluvia de millones revitalizará la zona, azotada por la crisis como todas.

La charanga toca una y otra vez su jota, al presidente le acarician su cabeza pelada unos y otros mientras se come los micrófonos. Bruno Modrón no se ha visto en otra, pero mantiene el temple. No sabe cuánto han repartido, no sabe si se ha vendido todo, pero sí sabe que quien más y quien menos, muchos en el paro, lleva un décimo de ese número que cogen año tras año al azar. Eso sí, siempre terminado en 0. Él estaba jugando un partidito de pádel con los amigos, todos agraciados, y se han olvidado de la pelota cuando se han enterado. Desde ese momento, «pánico, todo el mundo encima con llamadas y celebración rápida».

Aranda de Duero estallaba de alegría a eso de las doce del mediodía. La voz corría rauda en una localidad de cerca de 40.000 habitantes donde, más o menos, todos se conocen.

El mogollón se encuentra junto a la bodega de la peña. Pero hay otro punto ineludible. Los focos se encienden en la calle Santa Lucía. La Mayte ha cerrado sus puertas aunque todavía no son las dos de la tarde. Los curiosos se acercan, comentan, hacen fotos, pero todo está tranquilo... fuera porque dentro la botella de champán aún está fría. Vacía, pero fría.

Mayte Serrano es la lotera de la fortuna. Tiene los carrillos encendidos. Está radiante, ha vendido 1.800 décimos enteros, todos en ventanilla, salvo los 100 que se llevó la Peña El Puntazo de Ayllón (Segovia). ¡225 millones de euros! Su alegría, además, es doble porque a ella también le ha tocado. ¡A toda la familia!

Avanza la mañana, las existencias empiezan a agotarse en los bares del alrededor, a ratos se calman los ánimos y a ratos explota de nuevo la alegría, más abrazos, más besos, más vino por los aires, más cánticos y la que promete ser la banda sonora de las navidades... ¡Aranda entera se va de borrachera! ¡Aranda entera se va de borrachera!

Loteros y agraciados, doble para hoy

La Administración de Lotería nº 2 es la más popular en la comarca y va camino de convertirse en lugar de peregrinación. En la ventanilla se amontonan los premios, pero sin duda el de ayer es el más importante y el que ha hecho doblemente feliz a la familia Serrano, que regenta el negocio. Y es que ellos también se han llevado un pellizquito. Mayte Serrano no cabe en sí de gozo. «Está muy, muy repartido. Es una paga extra maravillosa para todo el mundo», exclama feliz al tiempo que acaricia al Gordito, el logo, que lleva colgado en la solapa. Ahora solo les queda dar el Gordo. ¿Para cuándo? Mayte no se lo piensa: «Para el Niño, ¿para qué vamos a esperar más?», suelta sabedora de que el efecto llamada los llenará el pequeño local. Los recibirán encantados tras una campaña de Navidad más baja de lo acostumbrado.

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