Arsuaga: «Aún no sabemos bien quiénes somos»

L. B. / Burgos

«Intentamos definir el ser humano». Ahí es nada. El codirector de los yacimientos de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, y el responsable de la Sección de Neurociencia Cognitiva y Comportamiento Humanos, Manuel Martín-Loeches, comparten este ambicioso afán.  Lo condensan, para abrir boca en las más de 400 páginas de El sello indeleble, publicación que nace con vocación de crear debate en torno a un concepto que aún hoy carece de descripción oficial. «Pese a que somos la especie que más nos interesa y a los complejos estudios que suscita, aún no sabemos muy bien quienes somos», subrayaba ayer Arsuaga, poco antes de presentar su nuevo libro en el Museo de la Evolución Humana. En este sentido, el paleontólogo indicó que todavía queda mucho por investigar y apuntó a la diversidad cultural como «lo que hace que parezca que somos muy diferentes entre nosotros cuando en realidad nuestra base biológica es la misma, tenemos las mismas pulsiones o instintos o la misma estructura mental».  Por estas razones, Arsuaga cree que es posible reunir los rasgos esenciales comunes. A la árdua tarea -porque la lista es larga- se lanzó con Martín-Loeches y se sorprendía. «Hay cosas en las que no habíamos pensado nunca y que pueden parecer pintorescas, además de aquellas en las que cae todo el mundo, como que somos bípedos o inteligentes». Entre las primeras elige a modo de ejemplo la ‘capacidad’ única del ser humano de sonrojarse sin querer.  Este análisis, no obstante, es solo una parte de la amplia reflexión que propone El sello indeleble. Una de tres, la segunda. La primera mira al pasado y repasa los conocimientos sobre la evolución humana y la tercera, cierra el libro y abre múltiples nuevas vías de estudio, tantas como futuros posibles tiene la humanidad. «Depende de nosotros», sostiene Arsuaga que se anima incluso a dar la receta para el mejor de los escenarios: «Siendo más solidarios y justos», apostilla.