El Correo de Burgos

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El conductor suicida de la A-62 era reincidente y no tenía carné

Le habían retirado el permiso dos años por sentencia judicial por provocar un accidente con una tasa de alcohol superior a la legal

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Burgos

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M. GASTÓN OROZCO / L. B. / Burgos

No era la primera vez que el culpable del choque que el pasado domingo sembraba la tragedia en la A-62 conducía de forma temeraria. Prueba de ello es que este burgalés de 48 años, J. L. P. E., carecía de carné en el momento del siniestro en el que perdió la vida. Le había sido retirado durante dos años por orden judicial tras provocar un accidente y superar la tasa de alcohol permitida el año pasado. Esta suspensión finalizaba en 2014. En su expediente figuraban además otras retiradas temporales del permiso de conducir anteriores a la actual, según explicó ayer el subdelegado del Gobierno, José María Arribas. El informe del forense dirá si en esta ocasión también iba al volante bajo los efectos de la bebida o de alguna sustancia estupefaciente. Posibilidad que cobra fuerza habida cuenta de la distancia que recorrió en sentido contrario por la autovía que une Burgos con Valladolid. Se calcula que el fatal viaje se prolongó entre 10 y 20 kilómetros, espacio suficiente para que numerosos conductores se cruzaran con él y alertaran al Servicio de Emergencias. Una vez concluido el citado informe se sumará al proceso judicial en curso. La Guardia Civil, por su parte, centra su investigación en determinar el punto por el que accedió a la vía el conductor que provocó el siniestro a la altura del municipio de Celada del Camino. Según Arribas, se cree que pudo entrar en Estépar o incluso en Buniel. Aunque todas las líneas de investigación están abiertas, los agentes se inclinan por una conducción temeraria provocada por los efectos de alcohol o drogas. Aunque la actitud fue suicida ya que tuvo tiempo de detenerse y no lo hizo, la opción de que el causante del siniestro tuviera una intención clara de provocarlo está prácticamente descartada. Se baraja incluso que el temor a ser cazado al volante sin carné le impulsara a continuar. Fuentes de la Benemérita aseguran que no existen indicios que hagan pensar que el fallecido quisiera acabar con su vida o la de cualquier otra persona. «No dejó ninguna carta que lo indique», señalan. Sin embargo así ocurrió. Su carrera en dirección contraria al volante de un Ford Focus acabó a las 15.30 horas del pasado domingo al chocar de frente con otro turismo, una furgoneta Volkswagen en la que viajaba una familia francesa. El copiloto, C. P. M., de 37 años, moría en el acto a consecuencia del brutal impacto. En el coche viajaban además dos niñas, de 3 y 7 años, que igual que la mujer que conducía, madre de las menores, resultaban heridas.  

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