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¿Estudias o estás de Erasmus?

La UBU enviará este curso a alrededor de 200 de sus alumnos a universidades de toda la Unión Europea. Dos jóvenes que participaron este 2013 cuentan su experiencia

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Burgos

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MARTA FONTANEDA / BurgosMuchos son los estudiantes que cada año deciden cambiar su ambiente de estudio y se desplazan a diferentes países de la Unión Europea a cursar un año, o  un semestre, de sus carreras universitarias. Para el próximo curso 2013/2014, un total de 402 los alumnos de la Universidad de Burgos han solicitado esta beca, sin embargo el número de plazas en juego era de 210.La visión general de esta aventura está muy ligada a la fiesta, a pasar un año sabático y volver con todas las asignaturas aprobadas. Aunque, a pesar de esto, es una gran oportunidad, tanto académica como personal, ya que se convive con gente de todo el mundo y, en la mayoría de los casos, se vuelve con un dominio del idioma utilizado durante la experiencia. Lorena Alonso estudia el grado de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Burgos y el pasado curso 2012/2013 lo realizó en Messina, una ciudad situada en al nordeste de Sicilia, en Italia. Define la experiencia como inolvidable, «de lo primero que me dijeron cuando llegué a Messina fue: si no lo vives, no lo entiendes. Me quedo con esa, frase».Por su parte, Daniel Burgos, estudiante del grado en Ingeniería de Caminos en la UBU, se decantó por cursar la segunda mitad de su tercer año de carrera en una ciudad de Hungría llamada Pécs, que ostentó el título de Capital Europea de la Cultura en el año 2010. «Rellené 7 destinos, el caso era irme para cambiar de aires y salir un poco de Burgos», confiesa.ViajesDicen que el programa Erasmus es una gran oportunidad para viajar y conocer algunos de los países de la Unión Europea, y es algo que, tanto Lorena como Daniel, no han querido perderse. Para ello, lo habitual es utilizar compañías aéreas de bajo coste, tren o, incluso, alquilar coches, dependiendo de los precios de cada país y, en cuanto al alojamiento, lo más común entre los estudiantes Erasmus son lo albergues dedicados especialmente a éstos, con un precio muy económico.La futura comunicadora aprovechó su estancia en tierras italianas para conocer todo el país, de norte a sur, con simplemente una mochila. Utilizó el tren para desplazarse a las ciudades más importantes de la «bota» de Europa como, por ejemplo, Roma, Nápoles y Palermo, entre otras. También quiso conocer un poco más su continente, por lo que viajó a las ciudades de Amsterdam y Bruselas.Por otro lado, Daniel se movió por centro Europa y visitó Croacia, Eslovenia, Austria y diversas zonas de Hungría. Sobre los medios de transporte alega que «el mejor amigo del estudiante Erasmus se llama Ryanair», pero también utilizó en numerosas ocasiones, junto a sus compañeros, el tren y el alquiler de coches y furgonetas.Fiesta¿Quién no piensa en fiesta cuando le hablan del Erasmus? Quizás esta sea la razón por la que gran cantidad de jóvenes no se quieran perder esta experiencia. Fiesta de lunes a domingo y con gente de diferentes países del mundo. Además, los establecimientos de hostelería de las ciudades que acogen a estos estudiantes se aprovechan de la situación y organizan todo tipo de fiestas, por ejemplo, de disfraces, de la espuma, de la cerveza, de bienvenida, de despedida, y un largo etcétera. Así lo cuentan los que han vivido la experiencia.SobresalientesLas notas, otro tópico de la beca Erasmus. Muchos de los profesores, al saber que un alumno es Erasmus, le proporciona facilidades y lo evalúan con diferente criterio que a sus alumnos habituales. Les proponen realizar trabajos en vez de exámenes o pruebas mucho más sencillas.Aún así, ambos burgaleses coinciden en que este tema depende mucho de la carrera que se curse. Lorena opina que la Universidad de Messina «deja mucho que desear, es una locura, los profesores no asisten a clase, los exámenes te los cambian de fecha sin avisar y cuando llegamos no teníamos ni plan de estudios». Añade que «incluso a eso te acabas acostumbrando, y si te lo tomas con filosofía y paciencia, estás a gusto».El caso de la universidad húngara es bastante similar. «Al principio fue un poco caos, porque ni sabíamos cuando empezábamos y los profesores eran bastante permisivos con la asistencia a clase y a nivel académico», informa Daniel.Inolvidable e irrepetible son las palabras que han utilizado estos dos alumnos para definir la experiencia y, sobre todo, totalmente recomendable. Ambos coinciden en que ha sido una de las mejores decisiones que han tomado en su vida.

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