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Los pilares de la Arquitectura Técnica

Un 11 de octubre de hace medio siglo se implantaron en Burgos los estudios de aparejadores. Esta tarde comienzan los actos conmemorativos

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Burgos

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N. E. / BurgosDesde los pupitres del ‘Talgo’ en el antiguo Monasterio de San Agustín, hasta las actuales aulas con las últimas tecnologías en el campus de la Milanera han pasado 50 años. Más de 15.700 jóvenes, a lo largo de este medio siglo, han obtenido su título de aparejador, de ingeniero de la edificación y de arquitecto técnico.La Escuela de Aparejadores de Burgos inició su actividad en  1963/1964, de acuerdo al Decreto 3285/62. El 11 de octubre de 1963 se celebró la primera apertura del curso y el día 14 se incorporaban 56 alumnos del curso preparatorio y 197 del selectivo, según recuerda el profesor Manuel Simonneau, recientemente jubilado tras cinco años como estudiante de esta escuela (entre 1963 y 1968) y otros 43 como profesor de dibujo.Hoy, 10 de octubre de 2013, se inician los actos de celebración de estos primeros 50 años de esta titulación, referencia de la Escuela Politécnica Superior de Burgos. Durante estos días se descubrirá un mural conmemorativo, creado por José Miguel Solaguren, se celebrarán mesas redondas sobre el futuro de estos estudios y se recordará, sobre todo aquellos primeros años y a cada una de las promociones que han pasado por la escuela.El profesor Simonneau rememora que en las primeras promociones de 100 alumnos, apenas 3 o 4 eran mujeres. Ahora, en estos últimos cursos el 55% del alumnado son mujeres «muy aplicadas y sensatas».El actual director de la EPS, José Rubén Gómez Cámara, que recuerda el trabajo de todos sus precedesores para consolidar el proyecto de los estudios que hoy acoge la Politécnica de la UBU, señala que Arquitectura Técnica fue la primera semilla. «Después llegó Obras Públicas, Ingeniería Técnica Industrial... y así sucesivamente hasta hoy cuando hemos incorporado cuatro másteres oficiales en los últimos años», asegura.Los estudios de Arquitectura Técnica llegaron a Burgos cuando el país comenzaba a crecer, se demandaban profesionales y se escogió esta ciudad para atender a la zona norte del país. La escuela, que en los primeros años estuvo dirigida por Luis Moya y Domingo de Echeverria,  se unió a las que existían en Madrid, Barcelona, Sevilla y La Laguna. La primera sede estuvo en el antiguo Monasterio de San Agustín, donde se ubicaba la Escuela Profesional de Comercio.Cientos de alumnos han pasado y siguen apostando por esta titulación que, además ha sido atractora de jóvenes de decenas de provincias de los alrededores y de las más lejanas, gracias al prestigio que adquirieron los estudios.Por su parte, el profesor José Ramón López, del departamento de expresión gráfica, que también fue alumno de Arquitectura Técnica, entre 1981 y 1985, ve que los retos de futuro pasan por adaptarse a los tiempos. «Antes casi todos los alumnos ejercían como jefes de obra, ahora la formación que se proporciona les permite dedicarse también a la gestión y a tareas de despacho», asegura este docente.La orientación futura pasa por dirigirse hacia campos como el mantenimiento y la rehabilitación de edificios. «Más que hacer crecer las ciudades tenemos que pensar en hacerlas vivideras para no acabar con centros urbanos despoblados y hacia ahí van caminando estos estudios», precisa López.

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