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Ibáñez pide paciencia a los acreedores del consorcio de Villalonquéjar IV

CaixaBank, la entidad que forma parte del consorcio junto al Ayuntamiento, está dispuesta a llegar acuerdos que permitan reconducir la situación de la deuda

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N. E. / BurgosEl Ayuntamiento solicita «paciencia» a los que fueron propietarios de los terrenos expropiados para construir la ampliación del polígono Villalonquéjar IV a los que el consorcio (formado por Ayuntamiento y CaixaBank) debe abonar 12,5 millones de euros, tras la sentencia del TSJ que dobló el precio que inicialmente se pagó por los terrenos.El portavoz del equipo de Gobierno, Ángel Ibáñez, aseguró ayer que los contactos entre todas las partes implicadas son constantes e instó a seguir negociando dentro del consorcio de Villalonquéjar para encontrar una solución. Así, recordó que, además de atender la reclamación económica de quiénes fueron dueños de los terrenos, el consorcio debe hacer frente a la deuda financiera que mantiene tanto con el ICO como con CaixaBank, una operación que se realizó para poder sacar adelante el último proyecto de ampliación del polígono. Según dijo, «el Ayuntamiento está plenamente involucrado en buscar una salida negociada» y pide tiempo ya que, según recordó, «las ganas de cobrar se soportan sobre unos precios que no dan el valor que ahora tiene ese polígono y tenemos que ser capaces de tener la paciencia oportuna para tener la rentabilidad necesaria para finalizar de modo óptimo». En este sentido, añadió que es un polígono con mucho potencial, «pero si todo el mundo pretende cobrar el primero va a ser imposible que todo el mundo pueda resarcirse». Por ahora, según dijo, todavía no está definida la fórmula  de la solución que debe tener «viabilidad técnica, económica y jurídica» y que hay que comunicarla a todos los grupos políticos para su aprobación en Pleno.Por su parte, otra de las partes implicadas en el consorcio, CaixaBank, mostraba ayer su intención mantener la puerta de la negociación abierta para cobrar la parte de la deuda financiera que prestó en su día (Caja de Burgos) para desarrollar la construcción de la cuarta fase del polígono. Fuentes de la entidad no quisieron poner un plazo a esa negociación, ni aclarar tampoco la cantidad a la que ascendería la deuda, sólo expresaron su intención de «llegar a un acuerdo con las garantías adecuadas». CaixaBank «ha heredado» de Caja de Burgos «esta situación» y nos «subrogamos al adquirir la propiedad de la entidad de ahorro».El vicealcalde recordó que la ampliación del polígono fue un proyecto en el que se embarcó el Consistorio en cuanto que existía una gran demanda de suelo empresarial. «Para llevarlo a cabo no había otra salida que la de financiarse a través del endeudamiento previo y la previsión era que con la enajenación de las parcelas pudieran devolverse los intereses y el principal de la parte que se había adelantado», precisó. Al terminar las obras, fue cuando la crisis se hizo más patente y, según aseguró Ibáñez, «estamos en una situación complicada porque ahora los valores de los activos están en cotas mínimas». Al pago de la deuda financiera se une la reclamación de los expropiados a los que el TSJ dio la razón en su requerimiento económico.El consorcio de Villalonquéjar, que se tendría que financiar con la venta de suelo en el polígono industrial, tiene en este momento una deuda que ronda los 96 millones.

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