La patronal del Metal insiste en bajar sueldos para salvar el sector

M. R. / Burgos

La patronal del sector del Metal, inmerso en una negociación del convenio colectivo atascada en el Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla), insiste en que es necesario rebajar costes laborales en un ámbito industrial en el que los sueldos han crecido en torno al 30% desde el año 2008. Este es el dato que recordó ayer el presidente de la patronal y de los empresarios burgaleses, Miguel Ángel Benavente, durante la cena de hermandad de Femebur (Federación de Empresarios del Metal de Burgos) celebrada ayer. Encuentro en el que se rindió homenaje a Desmasa (Desarrollo de Máquinas y Soluciones Automáticas), premio Femebur de este año.

En su discurso, Benavente lamentó que solo se vea que la patronal «pone en acento en la necesidad de hacer rebajas salariales para mejorar la situación del sector». Pero «se equivocan cuando afirman que solo sea ese nuestro objetivo, pues con la negociación del convenio buscamos respuestas concretas a problemas actuales». Aseguró que ahora no se fabrica igual que en los años 90, época de la que, recordó, procede la actual negociación colectiva, así como el «coste que para el balance de nuestras compañías tienen los liberados sindicales, los cuales cuentan con un salario pagado por las empresas paa dedicarse a sus organizaciones mientras nosotros, los empresarios, debemos sacar tiempo y dinero de nuestros negocios para dedicarnos a las nuestras». Puso como ejemplo los casos de otros territorios en los que se están llegando a acuerdos para reducir sueldos y aumentar jornada de trabajo para «lograr la viabilidad de la empresa y asegurar el empleo».  Benavente incidió en que ante el nuevo escenario económico «no podemos seguir con modelos de negociación del siglo pasado». Apostó por la «reindustrialización» de Burgos y por una «auténtica política industrial» coordinada por las administraciones públicas. También criticó que la Junta haya proyectado un parque de proveedores de la industria auxiliar en Palencia por su efecto deslocalizador.