Los sindicatos asumen que el nuevo convenio del Metal era el ‘menos malo’

M. R. / Burgos

Los sindicatos UGT y CC OO asumen que el nuevo convenio del Metal firmado a última hora del lunes era el «menos malo» que se podía firmar en un contexto de crisis económica. Un acuerdo que llegaba prácticamente cerrado a la reunión celebrada en el Serla (Servicio de Regional de Relaciones Laborales) pero que estuvo a punto de saltar por los aires en el último momento.

Según señaló ayer Ramiro Marijuán, secretario de la sección del Metal, Construcción y Afines de UGT, la patronal planteó que llevaría el acuerdo para someterlo a votación en una asamblea de los representantes empresariales. Condición que los sindicatos no aceptaron y que a punto estuvo de desbaratar las negociaciones. De hecho, la asamblea convocada ayer en el salón de actos del edificio de sindicatos, en la que participaron más de 250 trabajadores del sector del Metal, era en principio para informar sobre la falta de acuerdo y fijar el calendario de movilizaciones. Finalmente, los empresarios se reunieron el pasado viernes y asumieron la última propuesta planteada por el mediador laboral.

Tal y como ya avanzaba este periódico, el nuevo convenio del Metal tendrá una duración de cuatro años. A lo largo de los próximos tres se congelarán los salarios y en 2016 se prevé una subida del 0,5%. En este punto, los sindicatos han evitado que se eliminará la cláusula de revisión salarial, que ha hecho, según la patronal, que los sueldos hayan subido en torno al 30% desde el año 2008.

Junto a la moderación salarial, otro de los grandes acuerdos de este nuevo marco laboral para un sector en el que trabajan cerca de 12.000 personas en alrededor de 1.000 empresas, ha sido el incremento de 16 horas de la jornada anual, a partir del próximo año.  Las categorías profesionales se cambiarán por grupos profesionales. Además, se mantiene la ultraactividad en los mismos términos que el actual convenio, que expira este año y no se toca la antigüedad. En el apartado en el que no han sido capaces de ponerse de acuerdo las partes es la denominada categoría de entrada. Un tipo de contrato que la patronal defendía como una fórmula eficaz para crear empleo en el sector, mientras que los sindicatos rechazaban porque lo que escondía era «una bolsa de trabajadores eventuales y más baratos», tal y como lo definió Juan Ignacio Díez, secretario de la federación de Industria de CC OO.

La asamblea celebrada ayer, con un salón de actos a rebosar, no sometió a votación, aunque Marijuán explicó que el apoyo fue «mayoritario», no sin autocrítica.

Los dos representantes sindicales explicaron que este convenio es de «mínimos» para un sector en el que las empresas atraviesan «diferentes situaciones». En este aspecto mencionaron las empresas del grupo Antolín, donde se han dado acuerdos «con cero subidas», aunque también con diferencias, según el contexto. Es decir, resumió el representante de UGT, que «no sirva el café para todos».