El Correo de Burgos

SUCESOS

La desaparición de una mujer hace 11 años se convierte en un posible crimen

Burgos

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M. R. / Burgos

Uno de los casos más antiguos de desaparición que tenía abierto la Policía Nacional se ha transformado once años después en un supuesto homicidio que por el momento se ha saldado con la detención de dos personas, una mujer y un hombre.

Son pocos los datos que han trascendido de este asunto, ya que todavía está bajo el secreto de sumario decretado por el juzgado de instrucción, debido a que el trabajo policial se está centrando ahora en localizar el cadáver de la víctima, que podría estar enterrado en el páramo de Masa, lugar en el que ya se han realizado las primeras exploraciones y búsquedas sobre el terreno para tratar de localizar el cuerpo.

Unos datos que apuntan a que la posible víctima de este crimen sería María Cristina Munié, cuya desaparición se denunció en el año 2002 y es uno de los casos abiertos que todavía seguía investigando la Policía. Las indagaciones dieron su fruto y hace unos meses se abrió una línea de investigación que puso el foco sobre la mujer detenida.

Según ha podido saber este periódico, esta mujer habría confesado su participación en la muerte de la desaparecida. Su autoinculpación ha permitido conocer cómo se pudieron desarrollar los hechos hace once años. Al parecer, la detenida estaba con la víctima en la casa de esta última. Poco después, llegó el ahora detenido. En ese momento, pudo desencadenarse una discusión en la que el hombre agredió a la víctima. Siempre según esta versión de la detenida, al caer la víctima al suelo pudo llevarse un golpe en la cabeza que provocó su muerte. A partir de ese instante, deciden deshacerse del cuerpo. Según este relato de hechos, la mujer ayudó al también detenido a introducir el cadáver en el interior de un coche y pusieron rumbo hasta el Páramo de Masa, lugar en el que enterraron el cuerpo.

La investigación policial está centrada en localizar los restos de la víctima y, aunque por el momento no se han localizado, los agentes ya tendrían acotada una zona en la que podría estar el cadáver de la víctima. No se descarta que se utilicen métodos más sofisticados de búsqueda como un georradar.

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