El Correo de Burgos

>SORTEO DE NAVIDAD / Quinto premio

La suerte estaba en la máquina

El bar Bárcena, en San Pedro y San Felices, vendía vía terminal un único billete del 81.156 / Muchos vecinos creyeron que había tocado el número del establecimiento

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Burgos

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L. B. / Burgos

El teléfono de Goyo no dejaba de sonar. Desde que a media mañana saltó la bola del 81.156 los rumores de que la suerte se había posado en su establecimiento, el bar Bárcena, en el número 29 de la calle San Pedro y San Felices, comenzaron a correr por el barrio del mismo nombre. El cartel que minutos después lucía en su puerta, anunciando la venta de un quinto premio, disparaba las alegrías.

Poco duraban, eso sí, pues en realidad solo se había vendido un décimo vía terminal del citado número, agraciado con 6.000 euros. «Me hubiera gustado colocar el cartel con el número que jugamos aquí porque mucha gente de la zona lo lleva, pero bueno, quizá este sea el aperitivo y llame a la suerte para el sorteo del Niño», se consolaba el dueño del establecimiento, que además de bar es administración de loterías y apuestas.

Mientras, su puerta se convertía en parada obligatoria para todos los que paseaban. «¿Ha caído aquí?», se preguntaban entre ellos, sorprendidos por no encontrar a nadie descorchando champán como es la tradición. Acto seguido alguno de los enterados aclaraban la situación. Y el paseo continuaba. Hubo quien, antes de preguntar, llamó a sus conocidos para darles la buena noticia. Repetía ronda eso sí con rapidez una vez aclarada la situación por Daniela, que no dejaba de explicar lo ocurrido detrás de la barra.

Goyo se lo tomó con humor y por más que le preguntaban era incapaz de deducir quién podía ser el beneficiario. «Hay gente que entra y te pide que le des un número de máquina con una terminación concreta y el azar hace el resto», aclaraba y lamentaba la mala suerte de la capital burgalesa en el sorteo de ayer. «Ni un pellizco del ‘gordo’, con la falta que hace...», insistía, deseoso de que los 6.000 euros que había entregado sirvieran de mucho al beneficiado.

Él también aspira a recibir un empujón con el décimo agraciado y aumentar las ventas en las próximas citas con la suerte, que no será poco en tiempos de crisis. A falta de cava, el ingenio corrió como la espuma en el bar Bárcena. No faltaron las chanzas de los parroquianos habituales, que se resarcían así de una fortuna esquiva. Algunos, incluso, se ofrecían a recrear la típica escena del día, con lágrimas y dedicatorias.

No obstante, fotografía hubo, la única de la ciudad, con Goyo y Daniela mostrando el número que acercó la suerte a la capital, aunque fuera de refilón.

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