León Arena, ¿el modelo a seguir?

C. MORENO / BurgosEn el otro extremo de la Comunidad, en León, su plaza de toros puede ser un ejemplo de cómo rentabilizar un coso taurino al margen de la fiesta. Con una peculiaridad frente a Burgos: el recinto está en manos privadas. Cuando el Ayuntamiento o cualquier otra institución pública o privada quiere el espacio, lo alquila.La empresa Actividades Taurinas S.L., ahora en manos de Gustavo Postigo hijo, propietaria del coso desde 1948, instaló una cubierta de cristal en 2002 para poder organizar actividades durante todo el año. La climatología impone su ley y en una Comunidad donde el frío reina la mayor parte del año, el empresario del coso leonés y de otros emblemáticos de la región como Cuéllar, asume que si no se cubre la plaza de toros para transformarla en un espacio polivalente el negocio es ruinoso.Con esta política la empresa decidió hace casi dos décadas que se imponía seguir la senda abierta en otros cosos e instalar una cubierta. Postigo asegura que sin dicha medida, en este caso móvil, similar a las de Zaragoza o San Sebastián,  no sería posible tener un calendario de actos que permite alquilar el coso casi todos los fines de semana del año. «Sólo así puede resultar rentable tener una plaza de toros»,  matiza el empresario taurino.Empeñado en que la titularidad del coso no se transforme en un negocio ruinoso, la empresa busca actividades que permitan rentabilizar el recinto. Sus 12.000 plazas de aforo la han convertido en una instalación que ansían los promotores musicales o los organizadores de citas gastronómicas.