El Correo de Burgos

Usos y costumbres de 140 caracteres

El cineasta Rodrigo Cortés, ‘tuitero’ de «píldoras de creación», y el escritor Juan Gómez-Jurado, crítico social ‘on line’, protagonizaron el primer diálogo de iRedes

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Burgos

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L. B. / Burgos

Uno lo ve como una herramienta expresiva más, que él decidió usar como hoja en blanco en la que lanzar «píldoras de creación». El que así lo define, prisionero de su vocación periodística, no tiene más remedio que usarlo para reflexionar sobre la actualidad, comentar los acontecimientos y «hacer crítica social».

A un lado, con tres películas de éxito a sus espaldas y alguna más de menor repercusión, amén de varios premios de renombre, se encuentra el director y guionista Rodrigo Cortés. Al otro, con cinco millones de lectores y sus libros traducidos a más de 40 idiomas, está el escritor Juan Gómez-Jurado. En el centro, Twitter.

Y es que esta red social en la que ambos se prodigan fue el objeto del primer diálogo del IV Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales o, lo que es lo mismo, iRedes, que arrancaba ayer con 450 asistentes confirmados con hambre de tuit. El trasiego del hashtag (etiqueta para los no iniciados) correspondiente a esta cita más que consolidada lo demostraba desde primera hora y justificaba la atención que los presentes en el Fórum Evolución ponían en sus dispositivos móviles, de múltiples formas y tamaños, al tiempo que atendían los mensajes lanzados de viva voz desde el escenario.

A él subieron los dos creadores dispuestos a dejarse guiar por las preguntas y los comentarios del respetable. Antes incluso de que se inaugurara el evento ambos empezaban el juego cómplice que después trasladaron a las ‘tablas’ y relataban en rueda de prensa su relación con la red de redes.

Cortés reconocía que su cuenta de Twitter fue una imposición de la productora de su filme Buried (Enterrado). «Era un auténtico negado», aseguraba sonriente. La posterior exploración de las posibilidades que le brindaba este canal y un trabajo de «depuración» lo empujó a volver a esos 140 caracteres para hacer algo «que es tan viejo como el mismo mundo» y que su contraparte en iRedes llamó microliteratura. Prueba de ello es el libro de aforismos que resultaba de su participación en esta red social, motivado por las restricciones de espacio que «estimulan la creatividad».

Por su parte Gómez-Jurado reconoció que para él Twitter y Facebook tienen otro sentido y subrayó la imagen que pequeños comentarios proyectan de la persona que los escribe.

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