El 30% de las personas que ejercen prostitución, víctimas de la trata
Adoratrices firma con el Ayuntamiento el convenio para el programa Betania
SAMANTA RIOSERAS / Burgos
Tres de cada diez personas que ejercen la prostitución en la provincia son víctimas de la explotación sexual. «Como mínimo», apuntó ayer en rueda de prensa Josefina Ojeda, directora del centro de día de Adoratrices. Una congregación de religiosas que, por primer vez sin el respaldo de Cáritas, firmó con el Ayuntamiento el convenio para desarrollar el programa Betania de atención a mujeres vinculadas con la prostitución.
«Muchas llegaron ya siendo víctimas de la trata, pero no eran conscientes de ello. Otras no se incluyen en los porcentajes porque sufrieron la coacción antes del protocolo», explicó Ojeda, haciendo referencia al documento que España suscribió en 2008 para luchar contra este tipo de esclavitud.
La entidad, que lleva 150 años trabajando en estos ámbitos, afirmó que los datos correspondientes al primer trimestre de 2014 les alarmaron. «Un 24% de las 313 personas atendidas en pisos y club fueron mujeres españolas, entre las que se encuentran dos burgalesas. No es lo normal porque suelen marcharse a otras provincias por el miedo a ser reconocidas», indicó.
El resto del porcentaje corresponde a inmigrantes procedentes de Brasil, Colombia, República Dominicana y Nigeria, cuya edad media no supera los 26 años. «Muchas de ellas se reinician. Se prostituyeron cuando llegaron a España, encontraron trabajo y lo dejaron, pero han vuelto a consecuencia de la crisis», sostuvo Ojeda.
Boheme
Respecto al caso de La Boheme, Ojeda tachó de «indignante» que ayer el gerente del club afirmase desconocer si en su instalaciones se ejercía la prostitución. «Ellos se defienden como pueden, pero a nosotras sí nos consta que era así y que lo hacían de forma coaccionada. Estaban engañadas y por eso se produjo las detenciones de la policía», aseguró.
Desde Adoratrices, se niegan a entrar en temas de regularización o legislación, pues afirman que ellas «están a favor de la mujer, independientemente del contexto». Sin embargo, sí reconocieron que, si se trata de multas prefieren «que se la pongan al cliente». A ellos, a los consumidores, Ojeda les lanzó un mensaje alertando de su contribución a la explotación sexual: «Deben ser conscientes de que perpetúan estas prácticas o por lo menos contribuyen a ello. Si no hay demanda, no habría oferta».