Las farmacias no se curan de la crisis

L. B. / Burgos

El colectivo farmacéutico saltaba esta semana a los medios de comunicación por la puesta en marcha del servicio personalizado de medicación en toda la Comunidad. Daba así un paso más en ese empeño por cumplir con su objetivo de velar por la salud de los ciudadanos, al que permanecen fieles por mucho que su caja registradora les arrastre a la dura realidad de la crisis día tras día.

Y es que su horizonte, según asegura Jesús Aguilar, representante del sector en Burgos, que lo es también en el ámbito regional, dista «y mucho» de los mensajes de recuperación que resuenan con mayor o menor desparpajo desde distintas tribunas. «No la vemos ni de lejos y la caída, en nuestro caso, va a ir a peor», augura con la vista puesta en la próxima revisión de los precios de referencia del mes de agosto que traerá nuevos descensos de los ingresos.

Con este panorama sostenido no es de extrañar que algunas de las 201 boticas que se reparten por la provincia, 80 en la capital y 121 en el resto de localidades, precisen de ayuda urgente para sobrevivir. El año pasado 20 establecimientos en esta situación se beneficiaban de la ampliación del margen comercial mediante una corrección de la escala de deducciones. La aplica la Consejería de Sanidad desde 2012 por orden del Gobierno, como medida para evitar el cierre de farmacias abocadas a desaparecer por su escasa facturación y para garantizar el acceso a medicamentos.

Este año 21 cumplen los requisitos para beneficiarse de este sistema de compensación, una más y el mismo 10% del total. «Y Burgos no es de las provincias más afectadas», indica Aguilar, conocedor en detalle de la situación regional. «En Zamora y Soria la proporción se eleva al 40%», precisa.

El grueso de estas 21 boticas burgalesas en apuros se ubican en zonas rurales, las más perjudicadas, pero también las hay en la ciudad, «son menos pero no se escapan de los problemas».

Poco ayuda la contención del incremento de población a salvar las dificultades. La recién publicada estadística de colegios y farmacias comunitarias, elaborada por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, señala que en el conjunto de la provincia hay una farmacia por cada 1.847 habitantes, por debajo de la media nacional que eleva el dato a 2.186. No obstante, hay diferencias entre la capital y el resto del territorio burgalés, en el primer caso son 2.239 las personas por botica y 1.588 en el ámbito rural. Apenas varían estas cifras en los últimos años y por supuesto ni se aproximan al crecimiento progresivo que incrementaría la clientela potencial. De hecho, Aguilar augura un descenso en los próximos registros. «Hemos empezado ahora a detectar que los inmigrantes se van y suponemos ese movimiento se percibirá en próximas estadísticas. La despoblación y la singular distribución de la que se queda en los pueblos son junto al descenso de precios nuestros principales problemas», subraya.