El Correo de Burgos

CASTILLA Y LEÓN / Crisis en el Partido Socialista

López justifica la «renovación» del PSOE en el «problema político» que resolverá la militancia

Desmiente un problema personal con Villarrubia y exige «menos descalificaciones y más democracia interna». No se descarta como candidato a la secretaría y reniega de la bicefalia

Burgos

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RAQUEL SASTRE / Valladolid

Señalado como conspirador e instigador de las dimisiones que en la tarde noche del 30-M derrocaron a Julio Villarrubia de la Secretaría General del Partido Socialista de Castilla y León, faltaba conocer su versión de los hechos. Óscar López compareció ayer ante los medios tratando de limpiar su nombre, tan cuestionado estos días.

Primero dejó claro que los dirigentes de su partido son todos «adultos» y tienen «capacidad de elección y decisión» plenas. Así intentaba despojarse de la imagen maquiavélica que sobre él han proyectado quienes le acusan de orquestar la caída de Villarrubia, promoviendo las 25 renuncias en la Ejecutiva Autonómica.

En segundo lugar, desvinculó la guerra civil abierta en su organización de cualquier disputa personal. Admitió que en el PSOE existía un «problema político» y resaltó que ahora serán los militantes quienes «lo resuelvan» con su voto.

Para ilustrar ese «problema político, no personal» –incidió en varias ocasiones–, que además «afectaba al funcionamiento del partido y del grupo parlamentario», tomó como «ejemplo» el conflicto abierto a raíz del acuerdo en materia de Ordenación, reapertura de urgencias médicas y empleo, que él mismo selló en las Cortes. «[El pacto] Contaba con la oposición del secretario general, a pesar de que siete Ejecutivas provinciales y la mayoría de la Ejecutiva autonómica estaban a favor».Treinta y cuatro preguntas, muchas incisivas, contestó el también secretario federal de Organización en una comparecencia de 20 minutos. Y no entró al trapo de las desacreditaciones, que censuró: «Sobran declaraciones altisonantes, filtraciones malintencionadas y descalificaciones a compañeros». Al contrario, López apeló a la «sensatez, la cordura y la democracia interna». «El PSOE de Castilla y León necesita mucha reflexión, mucho respeto y sobre todo democracia».

Prometió mantenerse al margen del trabajo encomendado a la gestora, «de consenso», puntualizó: «No pienso dar ninguna indicación, ni impresión, ni instrucción». Garantizó limpieza en el proceso: «La gestora tiene un mandato para celebrar un Congreso, en los plazos que quiera y con un censo que está cerrado. Por lo tanto, no habrá ningún problema». Y lanzó a militantes y votantes el mensaje de que la «regeneración» era necesaria.

Hasta aquí los mensajes explícitos que López quiso trasladar, aprovechando sus habilidades para la comunicación. Preguntado por sus intenciones para concurrir al Congreso Extraordinario en el que la militancia elegirá nuevo secretario general, no se autodescartó. «Es una decisión que tomaremos –dijo en primera persona del plural– en su tiempo. Lo haré como siempre, hablando con mucha gente y no como una decisión personal».Sigue en edición impresa

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