La tradición regresa a la Flora gracias al esquileo

V. MARTÍN / Burgos

Apenas quedan ya localidades en los que se oiga el balar de la ovejas. Cada año desaparecen de los pueblos de la provincia más rebaños y es que el pastoreo sigue siendo un trabajo duro, solitario y poco reconocido. Unido al pastoreo va el esquileo, una tradición que gracias al esfuerzo de unos pocos, se mantiene viva.

Desde hace 27 años, la Sociedad Gastronómica Recreativa Los Cucos celebra en la plaza Huerta del Rey la Fiesta del Esquileo.

Este año, cinco esquiladores, llegados de Francia, Ecuador, Navarra y Melilla, mostraron a los presentes el esquileo moderno, que se realiza gracias a una ‘maquinilla’ eléctrica, de cinco ovejas churras, «las que mejor leche y carne tienen», según Félix Ángel Barriuso, presidente de la Sociedad.  De la mano del burgalés Javier Tubillejo llegó el esquileo tradicional hecho a tijera. «Comencé  a esquilar a los 14 años, viendo a mi padre como lo hacía», explicó Tubilleja, quien hace 4 años que acompaña a Los Cucos en la celebración de esta fiesta, haciendo la demostración tradicional.

Los tiempos cambian

José Luis Pérez, socio fundador de la sociedad hace 40 años, lamentó que «no se luche por mantener estas tradiciones y se dejen morir».

Sin duda, el proceso del esquileo ha ido cambiando. «Si antes una persona tardaba en esquilar a tijera un rebaño de 1.000 ovejas unos quince días, ahora dos esquiladores con las máquinas eléctricas lo hacen en dos días», explicó Pérez.

Y es que los tiempos se reducen, a tijera se tarda 8 minutos en esquilar una oveja mientras que con máquina eléctrica sólo minuto y medio», comentó. Asimismo, recordó que «también han desaparecido muchos rebaños. Antes podía haber 10 ó 12 en algunos pueblos, ahora sólo hay uno y en muchos lugares ninguno».

En este sentido, José Nieto, quien trae desde Arlanzón las seis ovejas que se esquilan, apostilló que «cada vez vienen más esquiladores de fuera de España, porque hay cada vez menos».  De Burgos, Nieto recalca «al campeón del Mundo Melquiades Hidalgo, de Salgüero de Juarros y a las hermanas Paula y Judith, de Los Balbases».

La jornada se cerró con los bailes tradicionales del Grupo de Danzas Castellanas Diego Porcelos y con el reparto de pinchos de queso y vino entre todos los presentes.