El Correo de Burgos

Del Cuerpo y la Sangre reconvertidos en fe y devoción

El arzobispo Francisco Gill Hellín pide a los creyentes que se acerquen al Señor

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Burgos

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SAMANTA RIOSERAS / Burgos

Danzaron los Gigantillos y Gigantones en la plaza del Rey San Fernando y el altar mayor de la Catedral colgó el cartel de entradas agotadas. Completó su aforo con creyentes, viajeros y curiosos que se acercaron a la Santa Iglesia para contemplar la tradicional festividad del Corpus Christi, celebrada 60 días después del Domingo de Resurrección.

Se sumó la fe religiosa a la tecnología con pantallas y altavoces colocados en varias columnas del Templo para que ningún feligrés se perdiese la homilía del arzobispo Francisco Gill Hellín.

«Necesitamos fe», aseveró al comienzo del sermón que dirigió a los asistentes. «Pocos son los que acuden a diario o con frecuencia a ver al Señor. ¿Que pensaríamos de un hijo que vive al lado de la casa de su madre y no se acerca a verla?», preguntó, comparando a los fieles con este supuesto vástago.

Fue su modo de animar a los creyentes a acercarse al Señor y dedicar tiempo a la oración. «No hay que tener miedo al espiritualismo. El peligro real es el sectarismo y la falsedad», advirtió. En este punto recordó el mensaje lanzado por San Pablo II, quien apostó para que «el arte de la oración, por la necesidad de estar con el Señor, identificase al cristianismo».

Aprovechando el motivo que abarrotó el altar mayor de la Catedral, la solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía, invitó a los sacerdotes presentes a «promover el culto y estimular a los feligreses a la visita diaria y la adoración nocturna» para conseguir edificar una parroquia «apostólica y comunitaria».

También recordó que no es una mera coincidencia la celebración del Corpus y Cáritas, pues «donde hay caridad, hay eucaristía», dijo. «Nadie puede amar a Dios sin amar al prójimo», puesto que en la Eucaristía «todo comen del mismo pan y de la misma sangre, formando el mismo cuerpo», sentenció, para terminar pidiendo un compromiso para hacer «un mundo más justo y solidario».Más información en la edición impresa.

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