«No mata el ébola, sino la ignorancia, la falta de medios y la corrupción»

ISMAEL PÉREZ / Valladolid

Terminó sus estudios en Barcelona y hasta hace unas semanas trabajaba en Coruña, pero Javier Atienza nació en Valladolid y ahora mismo es uno de los pocos españoles que permanecen en Sierra Leona, uno de los países más asolados por la epidemia del virus del ébola, con 298 muertos contabilizados en un territorio menor que el de Castilla y León, con más de seis millones de habitantes y situado en el puesto 183 mundial del Índice de Desarrollo Humano. «No mata el ébola, sino la ignorancia la corrupción y la falta de medios», explica a este periódico.

Hasta hace dos semanas, este cirujano operaba en la clínica de Kamabai, un enclave rural de 4.000 habitantes desperdigados en un radio de siete kilómetros. Hasta allí todavía no ha llegado el ébola, pero su aparición es inminente porque ya hay casos a 20 minutos. Y eso pese a que, según Atienza, «se está empezando a controlar la situación un poco». Una de esas medidas de control es cerrar centros como el suyo, que no están preparadas para aislar pacientes y cortar la propagación de la enfermedad, por lo que Atienza ahora solo está pendiente de curar quemaduras y dar de alta a los operados.

Precisamente ese cierre puede agravar otras enfermedades. Tampoco ayuda la fuerte superstición ni la corrupción que impregna su cultura. «Muchos no tienen el concepto de médico, se creen que soy un brujo y que hago magia muy buena, porque en otros hospitales los engañan y los tienen 15 días ingresados y pagando mientras aquí salen por su propio pie», explica de una sociedad que hasta hace poco «se creía que el ébola era una invención del gobierno para ganar dinero y perpetuarse en el poder» y que «se fía más de los cirujanos extranjeros que de sus compatriotas». No confían tampoco en sus gobernantes porque «han dado dinero para controlar el ébola y se lo han quedado los jefes de aquí». Menos aún en las farmacéuticas, que «han experimentado muchos fármacos sin control».Más información en edición impresa