Un aire limpio en todos los rincones de la ciudad

ANDRÉS SEOANE / Burgos

La calidad del aire que respiramos los burgaleses es óptima y se encuentra muy alejada de las estampas producidas en las grandes capitales mundiales, como la campana de polución que puede observarse desde varios kilómetros de distancia a la capital española o las mascarillas utilizadas en Pekín, donde la contaminación ha alcanzado niveles tan alarmantes que el Gobierno cerrará este año 300 fábricas de la ciudad.

El análisis arrojado por las dos estaciones de medida que registran los datos de contaminación atmosférica de Burgos, la Bu-1 situada en la Plaza Lavaderos y la Bu-4 ubicada en Fuentes Blancas, hacen ver que en ninguno de los siete elementos tóxicos que se encuentran en el aire de las zonas urbanas se superan los valores máximos fijados para la protección de la salud humana. Estos elementos nocivos analizados son el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el ozono (O3), el monóxido de carbono (CO) y el Benceno (C6H6).

En el caso del dióxido de azufre, ninguna de las dos estaciones registró durante 2013 que se superará en ninguna ocasión el valor límite diario para la protección de la salud humana, fijado en 125 mg/m3. En cuanto al dióxido de nitrógeno, no se superó tampoco el límite máximo para la protección de la salud humana, y el valor medio anual fue de 17 y 9 microgramos por metro cúbico en cada una de las estaciones, un valor muy alejado de los 40 marcados como máximo para proteger la salud.