Plantean drenar agua subterránea para frenar las grietas en Villatoro
El Ayuntamiento asumirá el coste del estudio previo que determine dónde y cómo
L. B. / Burgos
El drenaje de las aguas subterráneas que recorren el barrio de Villatoro y se perfilan como principal causa de las grietas registradas en decenas de viviendas serviría para frenar un problema que en los últimos meses preocupa a los vecinos del enclave. Así lo consideran los técnicos del Instituto Geológico y Minero, responsables del estudio sobre el origen de esta situación.
Ayer se reunían con los representantes del barrio, con profesionales de Aguas de Burgos y con la edil Carolina Blasco para detallar sus principales conclusiones que, si bien no apuntan con total certeza el grado de ‘responsabilidad’ de las causas probables de estas grietas sí señalan los remedios más razonables. Es ahí donde aparecen los citados drenajes. Con todo, se precisa un estudio previo con catas sobre el terreno para determinar en qué puntos debe actuarse, cómo y a qué profundidad.
El Ayuntamiento, tal y como confirmaba Blasco a los propios vecinos, asumirá el coste de este análisis aunque habrá de encontrar la partida para sufragarlo. Por eso la concejal prefiere no hablar de plazos concretos aunque afirma que se tratará de dar la mayor celeridad posible a los trámites. Contempla incluso, en el caso de que no encuentren -a estas alturas del presente ejercicio- el montante al que ‘arañar’ este gasto imprevisto, aún por presupuestar, cargar la cuantía al presupuesto de la sociedad municipal Aguas de Burgos.
Sea como fuere la intención de contar con una solución para este problema más pronto que tarde es clara. Así lo perciben también desde el consejo de barrio de Villatoro, aliviados por las promesas de Blasco tras el encuentro de ayer ya que lo consideran «el primer paso serio» para resolver esta situación, indicaba el presidente de la agrupación vecinal, Sergio Simón Portillo.
Cabe recordar que las viviendas afectadas en mayor o menor medida por las grietas rondan el medio centenar. Otras presentan humedades. Incluso hay familias que han abandonado sus casas por temor a daños mayores.