Piruetas contra poppings en busca del flow

SAMANTA RIOSERAS / BurgosNo levantaban más de medio metro del suelo, pero en cuanto la música salió de los altavoces y entró en sus pequeños oídos todos golpearon el aire con movimientos secos siguiendo ritmos funky.Se convirtieron en el espejo de varios monitores que ayer se dieron cita en los alrededores de El Hangar para enseñar a todo el que quiso aprender los pasos de diferentes disciplinas de baile.«Cruzamos los brazos y damos un golpe con la barbilla, como si rompemos una nuez. Plas», gritaba una de las coordinadoras mientras una veintena de niños la imitaban. Con plas incluido.El intenso calor de la mañana enseguida derritió las vergüenzas y canción tras canción el funky fue dando paso al hip-hop. Solo los padres se mantuvieron al margen de la pista de baile, desde donde alabaron la actividad.«La música es algo esencial para el desarrollo de los niños. Disfrutan, se lo pasan bien, pero también aprenden muchas cosas», comentó una de las madres sin perder de vista a sus hijas. «Es estupendo que existan este tipo de iniciativas».Los talleres matutinos fueron la antesala de la tercera edición de la ‘Batalla del Cid’, un campeonato nacional de break dance en el que compitieron jóvenes de entre 14 y 21 años y que organiza la asociación Saltando Charcos dentro del programa ‘La otra escuela’.Se trata de una metodología educativa que aprovecha el interés de los jóvenes con los que trabajan por el break para paliar parte de sus problemáticas. «A nivel de autoestima, por ejemplo, las artes urbanas son un buen mecanismo para dar seguridad a los chicos», sostuvo María, una de las educadoras de la entidad social.Reivindicó la importancia de este tipo de encuentros totalmente gratuitos para los asistentes aunque no siempre son fáciles de celebrar. «Lo sencillo es reunir a la gente, pero seguimos teniendo que dar muchas explicaciones sobre qué y cómo lo vamos a hacer».Complicadas también fueron las piruetas y los giros imposibles que los concursantes mostraron sobre el parqué. Desde Logroño, Barcelona, Zaragoza y de todos los barrios de la ciudad llegaron más de 30 bboy que exhibieron sus habilidades en varias rondas en las que aumentaba el tiempo y la dificultad. Mucho flow.