Rugidos contra «cuchillas asesinas»

L. B. / Burgos

Rugidos contra «cuchillas asesinas» retumbaron ayer en pleno corazón de la capital burgalesa. Ruido para hacerse oír y clamar a las administraciones «que cumplan la ley» en la carretera con la misma contundencia que la hacen cumplir. Centenares de moteros aplaudían este mensaje en el paseo del Espolón, convertido por unos minutos en aparcamiento reivindicativo contra los guardarraíles que siegan vidas.

Como en Burgos, decenas de ciudades españolas albergaron una jornada cuya exigencia era clara: la instalación de los sistemas de protección para motoristas acordes con la normativa de nivel 1, preferiblemente de clase 70 en vías interurbanas, en todas las barreras metálicas de seguridad que existen en las carreteras. Se trata de una pieza que anula el hueco que queda entre el quitamiedos y el suelo y que evita lesiones de gravedad en caso de impacto.

«Llevamos muchísimos años reclamando lo mismo, en primer lugar por la vía administrativa, después por la judicial y como no nos hacen caso y la gente sigue muriendo pues salimos a la calle», explicaba uno de los organizadores de la protesta, Julio Ceballos. Minutos después, ya megáfono en mano, recordaba que los allí congregados «luchamos por todos, por nosotros, por los que no lo hacen y por los que se fueron».

Ceballos extendía además la reivindicación a los ciclistas, los otros afectados directos de este sistema. «Les perjudica incluso más porque circulan más expuestos», precisaba y anunciaba nuevas movilizaciones en las que tratarán de sumar fuerzas con otros colectivos.

Sobre puntos especialmente conflictivos o peligrosos, el portavoz de la concentración indicaba que «el desastre es general» y lamentaba que incluso en las nuevas carreteras en construcción -como es el caso de los tramos mejorados de la N-I- tampoco se incluyen los sistemas de protección adecuados. «Y si lo hacen es en los puntos que ellos eligen, que no son siempre los más problemáticos. Ni siquiera para eso tienen en cuenta nuestra opinión, aunque somos los que conocemos mejor los trazados», señalaba.

Tras la lectura, acompañada de una recogida de firmas masiva, del mismo manifiesto que resonó en todo el país, las motos aullaron durante medio minuto seguido de otro tanto de silencio en recuerdo de quienes han perdido la vida a causa de los guardarraíles, rematado con los cascos en alto en señal de luto. La cita concluyó con un recorrido por la ciudad.