Las razones para poner un psiquiatra en su vida

El reputado doctor José Carlos Fuertes Rocañín (Zaragoza, 1957), especialista en Psiquiatría por la Universidad Complutense de Madrid y autor de más de una treintena de libros técnicos y de divulgación en salud mental, publica su nuevo libro, ‘Ponga un psiquiatra en su vida’, como «un protocolo de buenas intenciones que espero sea útil y del agrado de quien lo lea».

Estructurado en una primera parte que trata de los problemas, alteraciones y enfermedades mentales, como el síndrome posvacacional, la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia entre otros; y una segunda en la que ofrece pautas para prevenir y, si es posible, tratar estas conductas, incluye reflexiones políticas y capítulos con cierta ironía y algo de humor, manteniendo siempre la intención de acercar, de un modo comprensible, al lector a un universo en el que hay muchos «tabúes y prejuicios», pero sin perder «rigor» por el camino.

«Hay muchísimas enfermedades psíquicas, de hecho la prevalencia de los trastornos mentales es de entorno al 20% o 30% de la población general. Sólo con ese dato ya hay un motivo, sino para poner un psiquitra en nuestra vida, si para consultarlo con más frecuencia de la que se hace», afirma el doctor.

Una de las principales causas del desapego habitual de la ciudadanía a la psiquiatría está motivado por el «temor», indica Fuertes Rocañín, por «los tópicos que siguen estando presentes como de que el que va un psiquiatra está loco, y por eso no quiere ir». El autor recuerda que «el cerebro es un órgano vulnerable» al que hay que «prestar más atención», dado que existen «alteraciones o trastornos muy frecuentes por la forma de vida que llevamos, por toda la situación que estamos pasando, por la falta de valores y referencias».

Los lectores van a encontrarse un libro de «divulgación» hecho a conciencia para que «se entienda con facilidad por el gran público». Mediante ejemplos claros, un lenguaje sencillo y una terminología que el ciudadano va a comprender, el autor huye de recurrir «a la jerga ni a tecnicismos que asustan y lo que hacen es empañar la información», apunta Fuertes Rocañín. Más información en edición impresa.