Una representación que hace historia

La representación, a mitad de agosto, sobre la historia de la fundación del Monasterio de San Salvador de Oña, así como de otros hechos relacionados con los personajes que permanecen enterrados en el Panteón Real y Condal de la iglesia Abacial es algo que, desde 1987, implica activamente a todo el pueblo. «Participan unos doscientos actores, pero también otras personas que se ocupan de los vestuarios y de lo que haga falta, incluso barrer», comenta Manuela Ángulo representante de la junta directiva de la asociación.Esta obra de teatro ha llegado a ocupar grandes espacios en numerosos medios de comunicación nacionales e internacionales, en parte, por el marco inigualable en la que se representa: la iglesia de San Salvador. «Un auténtico lujo para disfrutar en todo su esplendor de uno de los grandes monumentos protagonistas de nuestra historia», explica Ángulo.La historia del Cronicón de Oña trata precisamente de lo que significó para la zona la fundación del monasterio que fue un potente centro de espiritualidad, que cobijó a los habitantes de Oña y propició el crecimiento de un pueblo donde convivieron cristianos y judíos, agricultores, artesanos y clérigos. «Es la historia de la gente del pueblo, ligada a personajes importantes que cobran vida con esta recreación teatral», añade Ángulo.La asociación se pone manos a la obra en el mes de julio, no sólo con los ensayos, sino también con todo el trabajo de promoción, de vestuario y de todas esas pequeñas cosas que conlleva una representación tan importante. «La gente está implicada hasta las orejas. Antes era más fácil porque los actores, que eran estudiantes, en verano estaban de vacaciones. Ahora es más complicado porque muchos trabajan, pero hemos conseguido ir renovando los papeles», explica Ángulo.Esta iniciativa empezó gracias a la voluntad de Don Agustín Lázaro, el que fuera frabriquero de la catedral que consiguió entusiasmar a todo el pueblo con la idea del Cronicón. «Al principio teníamos que pedir las telas a las tiendas porque no teníamos dinero para hacer el vestuario», comenta Ángulo.Actualmente, la asociación se financia con una cuota de 10 euros anuales, con ayudas de la Junta, de la Diputación y de algunas entidades privadas. «Los beneficios recaudados los invertimos en mejoras en la iglesia. El año pasado restauramos las vidrieras».Además del Cronicón, los vecinos de Oña han ido a Intur, la feria del turismo de Valladolid, con un fragmento del Cronicón para promover esta representación a nivel regional. «Nuestra obra no se puede representar lejos de la iglesia de San Salvador. Los del Misterio de Elche nos han invitado a ir, pero no nos pareció posible llevar el Cronicón hasta allí», explica Ángulo. Esta iniciativa forma parte de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas.La renovación generacional es muy importante a la hora de asegurar la continuidad de cualquier asociación, en el caso de la de Oña, los actores se han ido renovando poco a poco y la continuidad parece asegurada. «No ha sido fácil porque teníamos actores muy buenos, por ejemplo en el papel de Don Sancho, pero hemos tenido la suerte de encontrar un suplente con un buen nivel», explica Ángulo.El amor por el teatro y la historia les dio la idea de hacer visitas teatralizadas que ayudasen a los turistas a comprender la historia de estos lugares de una forma más amena. «Hemos tenido mucho éxito con esta iniciativa y esperamos volver a realizarla a partir de Semana Santa», comenta Ángulo.La vida asociativa gira entorno al Cronicón, pero no se limita a