Murillo: «El decreto trata de flexibilizar»

La reforma de la educación en la Universidad planteada por el ministro Wert, aprobada por el Gobierno el pasado viernes y conocido como ‘el decreto 3+2’ ha venido acompañada de polémica y el rechazo, pero «permite la autonomía» y «no conllevará una merma de calidad ni tampoco es un problema económico». Así lo asegura el rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo, quien incide en que se está generando «mucha polémica y será bueno que socialmente se entienda porque ni se pierde calidad, ni tampoco es una cuestión económica. Se trata de flexibilizar».

Sin embargo las universidades españolas han decidido una moratoria en su aplicación. Murillo entiende que una reforma debe tener un «periodo de reflexión y análisis», por lo que se aprobó «un pacto de caballeros para una moratoria activa». No se trata de un ‘plante’ al Ministerio sino tener tiempo para «que nos permita valorar el resultado de la implantación de un modelo, en el que ni siquiera llevamos cuatro años y no sabemos cuál ha sido su resultado».

A juicio de Murillo, la normativa «permite la autonomía universitaria», y posibilita decidir implantar o no grados de tres años. En todo caso, no afectará a todas las titulaciones porque algunas «son intocables», como medicina o ingenierías. «El porcentaje de titulaciones a tres grados no es despreciable, pero tampoco se puede aplicar a todos las titulaciones.

Murillo entiende que la calidad educativa no se resentiría, « porque en España hemos tenido fabulosos ingenieros técnicos, enfermeras con titulación de tres años». Matiza que es necesario «elaborar unos planes de estudios que respondan a lo que realmente se quiere. Y eso es lo que se va a debatir a lo largo de estos dos años». En el ámbito económico, el rector de la UBU también se desmarca. Insiste en que no todos los universitarios hacen un máster porque con el grado se egresa perfectamente cualificado para la profesión. «Un master es para una especialidad».