La ciudad se disfraza de Cádiz a ritmo de chirigota

El centro de Burgos se disfrazó de Cádiz en la mañana de ayer, y por momentos pasear por las calles trasladaba a los burgaleses al mismísimo barrio de La Viña gaditano, entre las risas y los aplausos del público ante las punzantes y mordaces rimas y ripios de las chirigotas. Las tarascas, los cachidiablos, las botargas, las vacas rabonas y los zamarracos abrieron la jornada tomando la plaza Mayor y sus proximidades al son de los tambores y las dulzainas.

Los padres animaban a sus pequeños a acercarse a las tarascas para tener tiempo de sacar el móvil e inmortalizar el momento, antes de que los niños asustados por verse tan cerca de esas grandes bocas volvieran a resguardarse bajo sus papás. Las estampas se sucedieron dejando caras de sobresalto entre los muchos superhéroes, brujas, mosqueteros o princesas, que se vieron cambiaron sonrisa en la distancia por prudencia en la cercanía, sorprendidos por las fantásticas criaturas que los perseguían como si les fuera la vida en ello.

Ya en materia de chirigotas, recitadas con pasión a pesar de no haber concurso como ocurría hace años, y antes de la actuación estelar de la Peña Recreativa Castellana en la Puerta del Sarmental de la Catedral, la agrupación de Papamoscas originó un tapón en la calle Laín Calvo con sus satíricas interpretaciones. «Son los mejores», comentaba una señora a sus amigos invitándolos a que se quedasen a escucharlos.

La actualidad política y social, tanto en el ámbito local como en el nacional, arrancaron los vítores, aplausos y risas del público, que se unió en los estribillos a sus cánticos. El bulevar y las obras de la plaza de toros animaron el espectáculo, para proseguir con la «jubilación del monarca», que «por fin puede descansar» y dedicar su tiempo libre «a la caza salvaje en todas sus expresiones». La figura de Pablo Iglesias tuvo su propia chirigota, repasando sus andanzas televisivas, su romance con Tania Sánchez, sus debates con Inda y Marhuenda y la escalada de Podemos, un partido con el que «será fácil ganar, aunque esté Monedero», señalaban jocosamente los divertidos Papamoscas.

Tras la actuación de batucada en la plaza del Rey San Fernando, los demonios con máscara blanca, tridente y traje de la Peña Recreativa Castellana se subieron a las escaleras de la Puerta del Sarmental para deleitar a un público que abarrotaba incluso las calles aledañas. Entre sus ripios y coplas de Carnaval, los integrantes de la peña hicieron un repaso en clave corrosiva de «las cosas que solo pasan en esta nuestra ciudad, y que si todos callamos no dejarán de pasar». Las alusiones al desastre de Campofrío o las polémicas obras de las plaza de toros se mezclaron con las menciones a Mariano Rajoy, la Pantoja, la corrupción de banqueros y alcaldes y el pequeño Nicolás, sin olvidar dar un palo al concejal Rebollo o al alcalde de Burgos entre otros. «Javier Lacalle, Javier Lacalle, ya no sube a Gamonal, porque no tiene, porque que le falta, su bonito bulevar», entonaron en uno de sus cánticos al ritmo de la cucaracha, arrancando las carcajadas y una sonora ovación del respetable.