El stock de viviendas se reduce un 32,4% desde 2009

La mejora del mercado inmobiliario es realidad en las cifras estadísticas. La semana pasada se conocía la el repunte del inicio de construcciones con la estadística de visados de inicio de obra de los aparejadores, y los agentes inmobiliarios afirman que se vende más vivienda usada porque nueva a penas hay y lo que queda es aquello que definen como invendible. Los datos del stock de viviendas que recientemente ha publicado la Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (CEPCO), también confirman el cambio de tendencia.Su informe de coyuntura refleja que Burgos es la tercera provincia que más porcentaje de vivienda nueva vacía ha asumido desde el año 2009 y, entre las provincias más pobladas, la que menor ratio de viviendas por cada 100.000 habitantes tiene y la tercera con el menor ratio de la comunidad al alcanzar 1.489 viviendas vacías por cada 100.000 habitantes.De esta manera, Cepco cifra en 3.774 las viviendas nuevas sin comercializar que existen en toda la provincia de la región. La cifra de 2014 supone una reducción de ese stock del 32,38% respecto al año 2009 en el que Burgos disponía de 5.581 viviendas de nueva construcción con el cartel de se vende en todos los puntos de su geografía provincial. De esta manera Burgos partía en 2009 como la cuarta provincia de la región con un mayor número de inmuebles entregados y sin habitar sólo superada por León (9.259), Valladolid (8.974) y Salamanca (6.029).La corrección de la oferta del mercado inmobiliario residencial en Burgos fue en estos seis años la tercera más alta de la comunidad autónoma. La provincia de Valladolid recibió el estallido de la burbuja inmobiliaria con 8.974 inmuebles nuevos sin vender. Hasta 2014 había conseguido eliminar el 47,86% de ese stock hasta quedarse en 4.679 inmuebles. La segunda provincia con un mayor descenso fue Salamanca que partía de una nada despreciable cifra de 6.029 inmuebles sin vender para situarse en cinco años después en 3.410.La evolución de la digestión de los excesos inmobiliarios durante el boom de la construcción ha sido constante. Cada año el stock se ha reducido a un buen ritmo aunque ha habido algún que otro traspiés propiciado, especialmente, por la mala coyuntura económica que profundiza en los miedos de inversores y entidades bancarias que suscriben hipotecas cuyas condiciones se han endurecido a tenor de los desmanes del pasado.De esta manera la mejor evolución se cerró el pasado ejercicio con un total de 835 ventas de este tipo de producto inmobiliario realizadas. El porcentaje de vivienda en stock vendida ascendió al 12,7%, el más alto de los últimos seis años, reflejo de que algo está cambiando. El segundo gran atracón de stock residencial se vivió en 2011. Entonces se logró bajar la cifra hasta los 4.868 inmuebles con un descenso de este tipo de producto inmobiliario en un 8,3%. El peor dato se registró en 2010. Entonces el stock de nuevas edificaciones se situó en 5.307 tras lograr rebajar la cifra de casas en venta en un 4,9%. Es el peor dato registrado en toda la serie y es lógico dadas las dificultades que el sector financiero sumo a las ya arrastradas durante tres años de sectores tan vinculados al ámbito residencial como el de la construcción. El segundo peor dato se vivió en 2012 con una reducción del stock del 5,4%. Desde entonces es cuando se ha producido la mayor suelta de lastre de este producto inmobiliario que, a su vez, afecta al inicio de recuperación de actividad en el sector.