El Correo de Burgos

La cocina que une rincones y prepara una salida laboral

Burgos Acoge cierra con una degustación internacional de platos el cuarto curso de cocina

Los 14 asistentes al curso posan con sus platos en la escuela Enarina. Ahora realizarán prácticas en establecimientos hosteleros de la ciudad.-RAÚL G. OCHOA

Los 14 asistentes al curso posan con sus platos en la escuela Enarina. Ahora realizarán prácticas en establecimientos hosteleros de la ciudad.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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Que una persona procedente del Sáhara no sepa cómo se hace la tortilla de patatas limita su posible inserción laboral en los fogones de un bar de tapas. Que una venezolana desconozca la elaboración del salmón marinado, puede ser un handicap si se lo piden. Unir la gastronomía de aquí y sorprender con sus platos de allá es el objetivo con el que Burgos Acoge organiza el curso de cocina para población inmigrante. El curso se cerró ayer con una degustación intercultural de productos. Se trata del cuarto año en el que se organiza este curso que el año pasado contó con 15 participantes y siete de ellos fueron contratados tras las prácticas. «La organización en estas fechas de este curso busca precisamente eso, que demuestren en las prácticas que son capaces de cocinar cualquier cosa que se les pide y después, al acabar el periodo de prácticas, puedan entrar en las variables de contratación de la empresa en temporada alta porque ya les conocen», señalan desde Burgos Acoge. El curso arrancó el 13 de abril en las 60 horas de formación tanto teórica como práctica a cargo de María Isabel Arias que además de tener una dilatada experiencia como cocinera también es inmigrante cubana con lo que conoce la situación de los estudiantes.Durante el curso han aprendido a « conocer los productos de la tierra pero también sus propios platos internacionales, hemos explicado diferentes técnicas culinarias, cortes, se han estudiado pescados, carnes y aves y cuestiones vinculadas con la seguridad y la higiene en el trabajo, lo básico para poder enfrentarse a una cocina de un restaurante o de un bar de tapas», señaló.Entre brownies, arepas, bollo pelón, tortilla de patatas, croquetas o la pastela marroquí todos ellos disfrutaron de la elaboración de platos que han realizado en la escuela de cocina Enarina. «Ha sido un curso muy bueno donde hemos aprendido con los compañeros, ha habido muy buen rollo y ha sido una experiencia positiva», reconoce Cristian García, colombiano de 20 años que asegura que «ahora ya me siento preparado para poder enfrentarme a un puesto de trabajo como ayudante de cocina». Para Micaela Pérez, venezolana, ha sido una «oportunidad que nos permite integrarnos a través de la cocina por un lado aportar nuestros platos a la gastronomía española y por otro aprender de vuestra cocina tan rica». Afirma estar sorprendida por el salmón marinado, «pensé que era más difícil que no se podía hacer en casa». Tras preparar sus arepas y el bollo pelón a sus compañeros afirmó que ve la cocina como una salida laboral. «Ahora todo está muy restringido para todos españoles y extranjeros, pero creo que con estas prácticas podré entrar en el mercado laboral de cara al verano, es una forma de darse a conocer y este curso me ayuda a poder manejar lo que me pidan de cocina española», señala.

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