El Correo de Burgos

FERNANDO ÁLVAREZ-TORRIJOS. Impulsor programa Mindfulness

«Todos somos un huracán pero hay que encontrar nuestro punto de quietud»

Embajador del programa de Atención Completa y Reducción de estrés en los países de habla hispana, acercó las particularidades del método que impulsó junto con Kabat-Zinn y que es una revolución en todo el mundo a Burgos

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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Un trabajo recientemente publicado por la revista Plos One, realizado por diferentes especialistas de la Universidad de Harvard, revela que las técnicas de Mindfulness «alivian los síntomas mentales y médicos de personas en tratamiento con cáncer, problemas cardiovasculares, dolor crónico, depresión o ansiedad y supone una prevención de la salud en niños y adultos». Mindfulness  es el sistema por el que se controla la mente para lograr la atención plena en «el aquí y el ahora» y reducir el factor de estrés. 65 médicos y profesionales del Hospital Universitario de Burgos participaron estos días en talleres de Mindfulness impartidos por quien es una eminencia en esta práctica diseñada a finales de los 70 por Jon Kabat-Zinn. Fernándo Álvarez-Torrijos ha sido el encargado de trasladar el método de la atención plena para lograr la inteligencia emocional al mundo hispanohablante. Aunque jubilado sigue desarrollando talleres de Mindfulness para médicos, educadores, empresas por todo el mundo. Un método asentado en el sistema médico norteamericano, que cuenta con una unidad específica en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts y que la Fundación Burgos por la Investigación trajo a Burgos dentro de su gira por Ibiza, Madrid, Barcelona y Granada.Pregunta.-¿Qué es el Mindfulness?Respuesta.-El Mindfulness es la capacidad humana que todos tenemos de traer la atención al momento presente sin juzgar. Percibiendo lo que eres, ayudando que la mente deje de crear historias. Centrarse en el aquí y el ahora y tomar los problemas con distancia, viendo que somos algo pequeño en el mundo. Que debemos tomarnos un respiro antes de actuar. El Mindfulness lo han llamado en algunas ocasiones el chaleco de la inteligencia emocional.P.- ¿Cómo arrancó el contacto de algo tan abstracto con la medicina?R.- Lo que se vio originariamente en este programa es que muchos pacientes utilizando el centro médico de la Universidad de Masachussets no mejoraban aún a pesar de recibir los mejores tratamientos, medicamentos etc. El fundador del programa vió que era el estrés de la vida diaria no sólo el de la enfermedad (dolor crónico, cáncer) sino también las situaciones de la vida diaria que producían un estrés y entorpecían el proceso de curación del paciente. Son prácticas de meditación, se trata de entrenar a la mente en el aquí y en el ahora. Dándose cuenta que la dispersión mental es la que impide que la persona pueda poner sus energías para utilizar sus recursos de sanación y apoyar el tratamiento médico.P.- ¿Cómo lograron el respaldo que hoy tiene este programa en todo el mundo y en diferentes ámbitos como el empresarial, el docente, el médico?R.- El programa lleva funcionando 35 años, se ha expandido por todo el mundo y en nuestra clínica hemos llegado a los 20.000 pacientes. Vimos que si queríamos que esto durara teníamos que empezar a investigar y probar que lo que hacíamos era útil. Empezamos con pacientes con dolor crónico y ansiedad. Actualmente el Mindfulness genera 400 publicaciones científicas anuales con recursos del Instituto Nacional de Salud norteamericano. P.- ¿Cuál es el proceso como el de los dos talleres que imparte aquí en el HUBU?R.- En realidad son ocho semanas. Vienen pacientes con todo tipo de condición en los que lo que es común es el estrés. Primero buscamos cómo ayudarles por medio de una serie de prácticas como poner atención en la respiración, en el cuerpo... Después empezamos a explorar de dónde viene el sufrimiento. Normalmente se origina en el deseo. Y exploramos porqué sufrimos la que tiene cáncer, un dolor crónico, quien perdió el trabajo... Entre todos exploramos de dónde surge el malestar y nos posicionamos en un punto de quietud.P.- ¿Todos logran encontrar este punto de quietud?R.- Todos nacemos con una joya brillante en el interior pero que los problemas de la vida crean una especie de niebla o costra que nos olvidamos que tenemos esa belleza interna. Ayudamos, especialmente en los trabajos con barrios pobres, a notar su joya y empiezan a recuperar un poco su sentido de vida. Hacia dónde quiere ir. Recuperar su autoestima.P.- Entonces ha trabajado con todo tipo de personas y pacientes.R.- He trabajado con presas de máxima seguridad, unidades psiquiátricas, jóvenes, pacientes crónicos. En todos es lo mismo. Hay que ayudar a la mente a dejar de interferir. Mucho pasado es depresión, mucho futuro, ansiedad. El único momento para estar vivos es el presente. Así la mente cambia de la zona límbica, los recuerdos, a la zona prefrontal, donde está la inteligencia. Y ayuda a tener una perspectiva más amplia. A tomar decisiones de forma más consciente.P.- Algunos hablan del método como sustitutivo de medicamentos.R.- Hice un estudio en una unidad de agudos en psiquiatría con intentos de suicidio. En estas situaciones las personas se han perdido porque las situaciones de la vida se les han hechado tanto encima que han intentado quitarse la vida. El objetivo es volver a recuperar la quietud. Todos los seres humanos somos huracanes en miniatura, pero en todo huracán hay un centro de quietud. El objetivo es entrar en él, observar tus propios vientos y ver que los demás también los tienen. Entonces con estos pacientes buscábamos bajar de la cabeza al corazón... Los psiquiatras me decían que les calmaba enormemente. Al preguntar a los pacientes no contestaron que les atiborraban a medicamentos y los efectos secundarios eran horribles. Querían más de esto e ir reduciendo poco a poco la medicación pero es un complemento.

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