Neurofisiólogos piden más personal ante el aumento de competencias

Una veintena de especialistas en Neurofisiología clínica participaron ayer en Burgos en la XXIII Reunión Anual de la Asociación Castellano Leonesa de Neurofisiología Clínica. Un marco en el que analizan los últimos avances en los tratamientos y las problemáticas de un área de servicio que «ya está integrada con más o menos refuerzo en todos los servicios hospitalarios de la región», apunta la presidenta de la asociación, Benedicta Catalán. Pero no es suficiente. «Se han multiplicado los servicios clínicos que prestamos y por tanto la población que atendemos pero no sucede lo mismo con las plazas de especialistas», señala Catalán.Este servicio trata las electroencefalografías, que no acumulan grandes bolsas de espera ya que «la demanda y la oferta está más bien equiparada». Pero no sucede lo mismo con las electromiografía, potenciales evocados, enfermedad del sueño o monitorización quirúrgica, entre otras. «Son áreas muy distintas pero basadas en los mismos métodos diagnósticos, las manejamos todos pero cada uno se dedica específicamente a una parte». De ahí las altas listas de espera en algunos servicios. Por ejemplo, la Unidad del Sueño sólo puede atender un paciente por noche si sólo tiene un equipo y un doctor, así «la lista de espera llega a ser de un año». Lo mismo sucede con la monitorización quirúrgica, cada vez más demandada. Se atienen tantos pacientes como equipo y a veces no tantos dado que el especialista necesita dedicarse a ese paciente toda la intervención. «Ahora mismo ningún traumatólogo opera de columna sin una monitorización quirúrgica o ningún neurocirujano realiza una intervención sin ella», señala.Cada servicio de media en la región está formado por entre uno y tres especialistas y los servicios de León, el más grande, y Burgos pueden llegar a tener cinco.Aún así, Catalán considera necesario que se contraten más profesionales en aras a reducir «un tapón» en los hospitales de la Comunidad. «Los clínicos demandan nuestras pruebas para tomar una decisión quirúrgica y no pueden hacerlo porque están a la espera de nuestros análisis. En algunos servicios la lista de espera es de hasta un año», recalcó.Además de estas pruebas clínicas, los neurofisiólogos también atienden otras afecciones como cefaleas o migrañas, crisis epilépticas febriles en niños, síndrome del túnel carpiano. «Todos estos especialistas requieren diagnósticos de nuestros servicios». Añadiendo además que cada vez son más frecuentes las enfermedades del sueño y que también tienen que tratar pruebas para aquellos pacientes con problemas en los órganos sensoriales como vista o sordera.Lejos quedan aquellos primeros años donde los profesionales de la región apenas realizaban encefalogramas. Y para mejorar en la aplicación y tratamientos en tan diversas disciplinas, los neurofisiólogos organizan este tipo de encuentros regionales para analizar aspectos de gestión pero, también, profundizar en formación y publicaciones científicas y avances de nuevos tratamientos.  La jornada, que contó con la participación de 20 especialistas, analizó cuestiones como la epilepsia del lóbulo frontal, el Sahs infantil, la neuropatía del nervio frénico, el diagnóstico diferencial de enfermedades miotónicas en neonatos, síndromes epilépticos o amiotrofia monomielica. Porque las enfermedades raras también se cuelan en este servicio al mismo tiempo que observan nuevos casos de enfermedades genéticas vinculadas a las etnias y que no eran habituales en los hospitales de Castilla y León. «Son poblaciones genéticamente endogámicas y además tienen más descendencia con lo que empiezan a ser frecuentes enfermedades que no estábamos acostumbrados a ver y para las que tenemos que estar preparados». Entre ellas relaciona el chatou mari tour, atrofia cerebelosa genética... Todas ellas enfermedades del sistema nervioso central y periférico.