El Correo de Burgos

La etiqueta verde en las viviendas crece un 43,8% desde octubre

En la capital 4.380 inmuebles se han sometido a un certificado energético / La UE exige que los edificios con servicios centrales individualicen y regulen el consumo por vivienda

Todos los inmuebles que vayan a venderse o a alquilarse tienen que contar con una certificación energética.-I.L.M.

Todos los inmuebles que vayan a venderse o a alquilarse tienen que contar con una certificación energética.-I.L.M.

Burgos

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La etiqueta energética en las viviendas se generaliza. Así se puede asegurar al echar un vistazo a las cifras del Registro de Certificados de Eficiencia Energética de Edificios que ha habilitado el Ente Regional de la Energía. La normativa que entró en vigor el pasado año refleja que toda aquella vivienda que se traspase, venda o alquile tendrá que contar con una etiqueta energética que establezca no sólo su consumo energético sino también sus emisiones. La etiqueta, que debe estar visible en todos los anuncios de cada inmueble, es muy similar a la de los electrodomésticos que avisan de su tope de consumo. Aún así ninguno de los edificios ha alcanzado una A y lo más habitual es la eficiencia energética E de los inmuebles. La mayoría de los registros introducidos tienen que ver con viviendas individuales y en bloque aunque algunos son edificios residenciales completos.Según el registro del EREN, determinado por los certificados recibidos, la actividad se ha multiplicado desde principios de octubre. Al menos en la capital se han realizado de media cinco certificados diarios al pasar de los 3.044 registrados entonces a los 4.380 viviendas con certificado en orden que están registradas en los diferentes códigos postales de Burgos. De esta manera la cifra se ha incrementado en un 43,8% gracias, especialmente al mejor funcionamiento de barrios relativamente nuevos como Fuentecillas o Parralillos y la zona de la Castellana sin olvidar Gamonal y Capiscol. Donde se encuentran estos nuevos espacios residenciales de reciente construcción es donde más certificados se registran aunque el más mayoritario está en el código postal 09007 de Gamonal, Capiscol y Villímar donde se han registrado 965 certificados energéticos sobre viviendas. Le sigue la zona de San Pedro y San Felices, Castellana, Yagüe y el Pilar donde se han realizado 854 certificados energéticos. En tercera posición se ubica el código postal 09003. En Fuentecillas y San Pedro de la Fuente además de parte del casco histórico se han realizado un total de 624 certificados  mientras que en el código 09006 (Barriada Illera, Villatoro, Avenida Cantabria) se han realizado 642 informes. Destaca, por ser la cifra más baja, la zona céntrica de la Avenida de la Paz, Reyes Católicos y Avenida Arlanzón que a penas han superado los 434 registros.En Miranda y en Aranda de Duero también se ha incrementado el número de viviendas certificadas energéticamente. De esta manera se han registrado en la capital del Ebro un total de 920 inmuebles con su letra de eficiencia ó deficiencia energética. Este dato supone que el parque de viviendas certificado se ha incrementado un 36,7% desde octubre cuando en Miranda se habían contabilizado 673 inmuebles certificados. En Aranda de Duero la cifra es menor pero también va increscendo. De esta manera en la capital del Duero se han registrado 468 certificados energéticos, 163 más que en el mes de octubre.De esta manera los profesionales aseguraban ya a finales del pasado año que «se está generalizando la consulta y todo el mundo cumple con saber qué calificación energética tienen la vivienda, creemos que la bolsa de incumplimiento ya es realmente baja», señalan al respecto fuentes del sector.Esta pegatina es, a juicio de los expertos, un marco de partida. Una forma de saber y conocer mejor el edificio para así mejorar en eficiencia energética. Éste es uno de los aspectos más valorados dentro de las nuevas ayudas de rehabilitación de inmuebles. De esta manera, establecen fórmulas para escalar posiciones dentro de las letras de la tarjeta que oscilan entre F (la más contaminante) y A (la más sostenible). Para subir posiciones hay que realizar acciones como un mejor aislamiento para reducir el consumo energético, calefacción o agua caliente sanitaria de origen renovable como una caldera de biomasa. También sirve apostar por aportar energía al sistema mediante la instalación de energía solar, fotovoltáica o geotérmica no sólo para consumo propio sino para verter a la red eléctrica.Estas medidas de apoyo están relacionadas con el compromiso europeo de reducir el 20% de las emisiones para 2020. Tras mirar hacia el sector productivo se apuesta ahora por el residencial que genera el 30% de las emisiones contaminantes.Edificios de calefacción central y consumo individualizadaEl Colegio Oficial de Administradores de Fincas y el Grupo Monedero organizaron ayer una jornada informativa sobre la normativa europea que obliga a individualizar los consumos de calefacción centralizada. Una situación que afecta a 30.000 viviendas en Burgos. La iniciativa, que probablemente se introducirá en el ordenamiento español en junio, persigue que se reduzcan los consumos energéticos y que éstos se adapten a las necesidades de cada usuario. «El objetivo es erradicar el derroche energético en el que muchos vecinos abren las ventanas porque están muertos de calor, mientras a otros no les llega el calor. Esto se evitará con los medidores y cada uno pagará por lo que consume», señaló el director comercial del Grupo Monedero, Antonio Martínez.El sistema obliga a instalar por un lado medidores que cuantifican la cantidad de energía que se utiliza en cada vivienda, pero lo que permite reducir consumo de energía son las válvulas termostáticas en los radiadores. La instalación tiene un coste de hasta 300 euros por vivienda aunque supone un ahorro a la comunidad del 30% de la energía. Hasta ahora el cálculo del gasto por vecino en calefacción era estimativo en función del número de radiadores o del coeficiente de participación de cada propietario.La instalación ya se empieza a poner en marcha en algunas viviendas pero pocas. Aunque el presidente del colegio de Administradores de Fincas de Burgos y Soria, Sergio Javier Carrasco, afirmó que «como todo está en el aire, aunque estamos informando, hasta que no vean la obligatoriedad están pendientes porque también supone un coste». En esta línea han puesto en marcha jornadas formativas como la celebrada ayer en el Hotel Palacio de Los Blasones.Pero el tiempo apremia. La obligatoriedad de dividir el gasto en función del consumo estará en vigor el 1 de enero de 2017. Y aunque no hay proceso regulador sí está el sancionador que establece multas de entre 1.000 y 10.000 euros a las comunidades de vecinos que no cumplan.

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