El Correo de Burgos

Las matemáticas de Atapuerca

Un equipo de científicos del Cenieh y del EIA inician el proceso para obtener la ecuación del gasto energético al elaborar herramientas de piedra Es un estudio pionero en evolución humana

Los talladores portaban un equipo de calorimetría indirecta ventilatoria.-ISRAEL L. MURILLO

Los talladores portaban un equipo de calorimetría indirecta ventilatoria.-ISRAEL L. MURILLO

Burgos

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Seis expertos en talla experimental se acercan al Centro de Arqueología Experimental (CAREX) de Atapuerca. Deportivas, vaqueros y camiseta porque, ya saben, que van a sudar. La tarea clara. Elaborar en tres procesos diferentes la talla de un bifaz. Les espera el equipo de Paleofisiología y Ecología Social de Homínidos del Centro Nacional de Evolución Humana (Cenieh) de Burgos con todo su aparataje, ordenadores y chalecos dispuestos para medir sus constantes vitales en cada segundo del proceso. Uno a uno tendrán que recrear una de las labores más importantes del Paleolítico, la elaboración de herramientas. La tecnología entonces se realizaba en piedra y el esfuerzo para realizarlo debía ser intenso. Ahora los científicos del Cenieh y del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) buscan cuantificarlo. Para ello tratan de obtener una ecuación del gasto energético para poder aplicarla a todas las especies de homínidos de las que se conoce su arquitectura corporal.

Trabajo previo

El equipo de científicos ha trabajado de forma previa la prueba cuyos resultados finales esperan tener en otoño. Primero definieron los tramos a medir. En concreto el gasto energético en la elaboración de talla realizada por hombres expertos en la materia. «No queríamos introducir ruido en los datos con la introducción de personas sin experiencia que realizan más gasto energético, golpean más fuerte y por la misma razón solo elegimos individuos masculinos porque las mujeres, al tener una fisiología distinta y más compleja que la de los hombres, podría distorsionar los datos», señala Ana Mateos. Tras elegir a los individuos de la muestra se les realizó una caracterización antropométrica en laboratorio y en reposo. El objetivo es obtener el peso, la talla, la medida de brazos y manos que «influyen de forma decisiva en la talla» y su gasto energético en reposo. «Esto nos da indicaciones de cuánto pueden gastar y qué variables corporales influyen más al realizar el bifaz», aclara.

Además, se trabajó de forma previa con el coordinador del Cárex y experto tallador, Marcos Terradillos, para elaborar un protocolo específico de talla experimental a realizar en el campo. Los seis individuos, a los que se sumarán cuatro más en unas semanas, realizaron tres veces la configuración de un bifaz y en todas ellas es una percusión directa y con dos variables específicas: con percutor duro y percutor blando. La materia prima utilizada es la cuarcita de las terrazas del Arlanzón. «Al realizarlo tres veces se puede ver la variabilidad y también medir cómo influye el cansancio físico al desarrollar el proceso», señala Mateos.

En el campo, los talladores están equipados con un equipo de calorimetría indirecta ventilatoria Master Screen CPX y Oxicon Mobile de Jaeger que permite la monitorización telemétrica segundo a segundo. «Con estos aparatos móviles conseguimos analizar el volumen ventilatorio que permite medir cuanta energía estás gastando al respirar por el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono que se transforma en calorías gastadas», señalan. De esta manera se sabe qué gasto energético hay mientras respiran.

Los datos generados en el campo segundo a segundo en cada uno de los individuos permitirá realizar diferentes cálculos en diferentes momentos del proceso de talla y teniendo en cuenta las diferentes variables de peso, longitud brazos y fuerza de cada uno de los participantes en el estudio. Estos datos se someten a los cálculos de modelización matemáticas para tratar de obtener una ecuación apropiada a los homínidos del Pleistoceno. «Un modelo que esperamos se pueda aplicar a todas las especies fósiles de las que se conozca su arquitectura corporal», explica Mateos. Hasta ahora los especialistas en evolución humana realizaban este cálculo aproximado del gasto energético con ecuaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud con sujetos que realizan actividades que no hacían los hombres del Paleolítico. Por ello «las ecuaciones predictivas no eran muy aproximadas». Se trata, además, de un estudio pionero a nivel mundial porque sólo se habían realizado estudios de energía cinemática, fuerza y biomecánica del brazo por parte de investigadores norteamericanos pero «energéticamente no estaba cuantificado específicamente», resume Mateos.

La filosofía de estos estudios, que utilizan herramientas matemáticas y aparatajes más propios de un hospital o un centro deportivo, es hacer como antaño calculaban los paleontólogos el peso midiendo el fémur o la pelvis. «En ciencia hay cosas que se pueden preguntar a los fósiles y en unos casos te responden y en otras no y lo que hacemos es atacar estas otras cuestiones con herramientas de otros campos» concluye Mateos. Un proceso de análisis y cuantificación de datos para el estudio del pasado que no ha hecho más que comenzar.

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